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Orientación Universidad
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torax argente semiologia medica, Resúmenes de Anatomía

semiologia medica torax argente

Tipo: Resúmenes

2024/2025

Subido el 13/07/2025

jean-delgadeshion
jean-delgadeshion 🇪🇨

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bg1
SECCIÓN
1
Motivos
de
consulta
39
Motivos
de
consulta
del
aparato
respiratorio
María
Guillermina
Ludueña
TOS
Definición
La tos
es
uno
de
los
síntomas
cardiorrespiratorios
más
frecuentes
y
un
motivo
de
consulta
prevalente
en
la
práctica
ambulatoria.
Se
define
como
la
contracción
espasmódica
y
repentina
de
los
músculos
espiratorios
que
tiende
a
liberar
al
árbol
respiratorio
de
secreciones
y
cuerpos
extraños.
Es
un
reflejo
defensivo
que,
en
mu-
chos
casos,
no
solo
no
debe
ser
inhibido
(con
antitusí-
genos),
sino
facilitado
(con
mucolíticos,
expectorantes
y
fisioterapia
respiratoria).
El
síntoma
tos
siempre
debe
ser
enfocado
en
el
contexto
general
del
paciente.
Fisiopatología
Los
estímulos
que
generan
el
reflejo
tusígeno
pueden
ser
inflamatorios,
mecánicos
(polución
ambiental,
tu-
mores
y
cuerpos
extraños
endobronquiales),
químicos
(humo
del
cigarrillo
y
gases
irritantes)
y
térmicos
(aire
frío
o
caliente).
La
mayor
concentración
de
receptores
de
la
tos
se
ob-
serva
en
la
región
posterior
de
la
faringe
(tos
por
goteo
nasal
posterior)
y
en
la
vía
aérea
superior.
Otros
recep-
tores
tusígenos
se
encuentran
en
los
senos
paranasales
y
en
la
membrana
timpánica
(tos
por
sinusitis,
tapón
de
cera,
etc.),
en
el
pericardio,
en
el
diafragma
y
en
el
estómago.
Desde
los
receptores
sensoriales
de
los
ner-
vios
trigémino,
glosofaríngeo,
neumogástrico
y
laríngeo
superior
(vía
aferente),
el
estímulo
llega
al
centro
bulbar
de
la
tos.
La
vía
eferente
está
constituida
por
los
nervios
laríngeos
recurrentes
para
el
cierre
de
la
glotis
y
por
los
nervios
espinales
para
la
contracción
de
la
musculatura
torácica
y
abdominal
(fig.
39-1).
Tipos
y
clasificación
De
acuerdo
con
el
tiempo
de
evolución,
se
clasifica
en:
Tos
aguda,
de
menos
de
3
semanas
de
duración.
Tos
subaguda,
de
3
a
8
semanas.
Tos
crónica,
más
de
8
semanas.
Esta
clasificación
es
útil,
ya
que
orienta
hacia
la
causa
que
la
origina
(véase
más
adelante).
Desde
el
punto
de
vista
clínico
la
tos
puede
ser:
Seca:
no
moviliza
secreciones.
Húmeda:
--
productiva,
si
el
enfermo
las
expectora
o
las
deglute
--
no
productiva
Muchas
veces,
la
auscultación
pulmonar
de
la
tos
per-
mite
su
diferenciación,
ya que
al
toser
moviliza
las
se-
creciones.
Estos
conceptos
tienen
también
importancia
terapéutica.
La
tos
seca
mortifica
al
paciente
y
debe
ser
se-
dada;
la
tos
productiva
constituye
un
mecanismo
defensivo
que
requiere
ser
respetado
y
la
tos
húmeda
no
productiva
debe
ser
facilitada
para
promover
la
expectoración.
También
se
distinguen
distintos
tipos
según
sus
carac-
terísticas:
Tosferina
o
quintosa:
es
producida
por
la
coqueluche
o
tos
convulsa
(infección
por
Bordetella
pertussis);
se
caracteriza
por
accesos
de
tos
paroxística
(a
los
que
se
llamó
quintas,
pues
se
producían
en
grupos
de
cada
5
horas),
que
se
inician
con
espiraciones
violen-
tas
y
explosivas
a
las
que
sigue
una
inspiración
intensa
y
ruidosa
provocada
por
el
espasmo
de
la
glotis.
Los
accesos
suelen
terminar
con
la
eliminación
de
mucosi-
dad
escasa
y
pegajosa;
son
emetizantes
y
predominan
por
la
noche.
Tos
coqueluchoide:
se
parece
a
la
anterior,
pero
falta
el
componente
inspiratorio.
La
produce
la
excitación
del
neumogástrico
generada
por
tumores
mediastínicos.
Tos
ronca
o
perruna:
es
seca,
intensa,
se
presenta
como
accesos
nocturnos
y
es
provocada
por
la
laringi-
tis
glótica
o
subglótica.
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SECCIÓN 1

Motivos de consulta

39

Motivos de consulta del

aparato respiratorio

María Guillermina Ludueña

TOS
Definición
La tos es uno de los síntomas cardiorrespiratorios

más frecuentes y un motivo de consulta prevalente en la práctica ambulatoria. Se define como la contracción

espasmódica y repentina de los músculos espiratorios

que tiende a liberar al árbol respiratorio de secreciones

y cuerpos extraños. Es un reflejo defensivo que, en mu-
chos casos, no solo no debe ser inhibido (con antitusí-
genos), sino facilitado (con mucolíticos, expectorantes

y fisioterapia respiratoria). El síntoma tos siempre debe ser enfocado en el contexto general del paciente.

Fisiopatología

Los estímulos que generan el reflejo tusígeno pueden
ser inflamatorios, mecánicos (polución ambiental, tu-

mores y cuerpos extraños endobronquiales), químicos

(humo del cigarrillo y gases irritantes) y térmicos (aire

frío o caliente). La mayor concentración de receptores de la tos se ob-

serva en la región posterior de la faringe (tos por goteo

nasal posterior) y en la vía aérea superior. Otros recep-

tores tusígenos se encuentran en los senos paranasales

y en la membrana timpánica (tos por sinusitis, tapón

de cera, etc.), en el pericardio, en el diafragma y en el

estómago. Desde los receptores sensoriales de los ner-

vios trigémino, glosofaríngeo, neumogástrico y laríngeo

superior (vía aferente), el estímulo llega al centro bulbar
de la tos. La vía eferente está constituida por los nervios
laríngeos recurrentes para el cierre de la glotis y por los
nervios espinales para la contracción de la musculatura
torácica y abdominal (fig. 39-1).

Tipos y clasificación

De acuerdo con el tiempo de evolución, se clasifica en:

Tos aguda, de menos de 3 semanas de duración.

Tos subaguda, de 3 a 8 semanas.

Tos crónica, más de 8 semanas.

Esta clasificación es útil, ya que orienta hacia la causa que la origina (véase más adelante).

Desde el punto de vista clínico la tos puede ser:

Seca: no moviliza secreciones. Húmeda: -- productiva, si el enfermo las expectora o las deglute -- no productiva

Muchas veces, la auscultación pulmonar de la tos per-
mite su diferenciación, ya que al toser moviliza las se-
creciones. Estos conceptos tienen también importancia

terapéutica. La tos seca mortifica al paciente y debe ser se- dada; la tos productiva constituye un mecanismo defensivo

que requiere ser respetado y la tos húmeda no productiva

debe ser facilitada para promover la expectoración.

También se distinguen distintos tipos según sus carac-

terísticas:

Tosferina o quintosa: es producida^ por^ la^ coqueluche o tos convulsa (infección por Bordetella pertussis); se

caracteriza por accesos de tos paroxística (a los que

se llamó quintas, pues se producían en grupos de 5о

cada 5 horas), que se inician con espiraciones violen-
tas y explosivas a las^ que^ sigue^ una^ inspiración^ intensa

y ruidosa provocada por el^ espasmo^ de^ la^ glotis.^ Los

accesos^ suelen^ terminar^ con^ la^ eliminación^ de^ mucosi-

dad escasa y pegajosa; son emetizantes y predominan

por la noche. Tos coqueluchoide: se parece a la anterior, pero falta

el componente inspiratorio.^ La^ produce^ la^ excitación^ del

neumogástrico generada por tumores mediastínicos.

Tos ronca o perruna: es seca, intensa, se presenta

como accesos nocturnos y es provocada por la laringi-

tis glótica o subglótica.

620 Parte IX Aparato respiratorio

Receptores^ Nervios craneales

Nariz^ y^ senos paranasales

V par

Región posterior

de la faringe

Pericardio Diafragma Oídos

Tráquea, bronquios

Pleura Esófago y estómago

Eferentes Efectores

Nervios espinales

Músculos respiratorios

IX par CENTRO DE LA TOS

Frénico Diafragma

X par X par Laringe, tráquea y bronquios

Fig. 39-1. Estructuras y mecanismos implicados en el reflejo tusígeno.

Tos bitonal: es de dos tonos por la vibración diferente de las cuerdas vocales debido a la parálisis de una de

ellas generada por compromiso del nervio recurrente

a causa de tumores mediastínicos.

Tos emetizante: es la que provoca vómitos. Se obser-

va habitualmente en los ninos.

Etiología

La valoración del tiempo de evolución orienta hacia

la causa que la origina. En la tos aguda las infecciones

del tracto respiratorio superior son la causa más común. El tabaquismo es la causa más frecuente de tos crónica; el 60% de los fumadores la refieren como

síntoma. El cáncer de pulmón, aunque representa
el 2% de las causas de tos crónica, se debe sospe-

char frente a tabaquistas que presentan cambios en el tipo de tos habitual (en ausencia de infección) o de expectoración he- moptoica o hemoptisis. Puede ser el primer signo de alarma. Excluido el tabaquismo, la mayoría de las causas (90%) detos

crónica responden al goteo nasal posterior, al asma bron-

quial y al reflujo gastroesofágico (caso clínico 39-1).

En la mayoría de los casos de tos de larga evolución se
identifica la causa y, en otros casos, se la designa como

idiopática.

En la tos subaguda la etiología predominante es la po-
sinfecciosa, en la que la tos persiste pese a la resolución

de la infección. Esta condición se observa con^ frecuencia

en la hiperreactividad bronquial posviral. Otras causas

se enumeran en el cuadro 39-1.

La tos convulsa o coqueluche es una causa común que pasa inadvertida en adolescentes y adultos. Su

prevalencia se ha incrementado significativamente

y es probable el subdiagnóstico por el bajo índice

de sospecha y porque la certificación serológica es de difícil in-

terpretación y no siempre está disponible. Por tal razón, la pre- sunción debe ser clínica y basarse en la expresión clásica de

una inspiración^ ruidosa^ aguda^ seguida^ de^ paroxismos^ de^ tos

(tos^ quintosa),^ que^ puede^ finalizar^ con^ el^ vómito.

CASO CLÍNICO 39-

Rómulo, de 50 años, consulta por tos seca nocturna de 3 me-

ses de evolución. Lo despierta y se acompaña de sibilancias y

sensación de opresión torácica. Como único antecedente de importancia refiere rinitis estacional con abundante secreción serosa. En el momento de la consulta estaba asintomático y no tenía hallazgos patológicos en el examen físico. Los estudios de laboratorio en la sangre y la radiografía^ de^ tórax^ eran^ normales.

¿Qué datos de la historia jerarquiza para orientar el diagnós-

tico?

De acuerdo con su presunción, ¿solicitaría algún estudio^ com-

plementario?

Comentario

La consulta por tos seca nocturna sugiere tres diagnósticos pre-

valentes: la insuficiencia cardíaca, el reflujo gastroesofágico y el

asma bronquial. La ausencia de antecedentes cardiovasculares

y el examen físico normal alejan el diagnóstico de claudicación
ventricular izquierda. El paciente no refiere síntomas digesti-

vos como el síndrome ácido-sensitivo que pudieran inducir el

diagnóstico de enfermedad por reflujo^ gastroesofágico.^ El^ an-

tecedente de rinitis estacional, característica de una patogenia

alérgica, y las sibilancias asociadas con la tos inducen al diag-

nóstico de asma nocturna del adulto. Se le solicitó una espiro- metría, que mostró un patrón obstructivo leve con respuesta a los broncodilatadores. Es importante destacar lanormalidad del examen físico durante la consulta, característica del asma nocturna, que es de presen- tación intermitente y paroxística.

622 Parte IX. Aparato respiratorio
La tos producida por fármacos es seca y un ejemplo

típico y frecuente es la provocada por el enalapril. Suele

aparecer a los 7 días de iniciada la terapia y típicamente
desaparece a los 4 días de interrumpirla. Se observa en

el 15% de los pacientes tratados, sobre todo en las muje-

res, y su patogenia está estrechamente relacionada con la
inactivación de las cinasas y, como consecuencia, el in-

cremento de la bradicinina. Otros fármacos que pueden producir tos son los betabloqueantes orales o por vía of- tálmica (timolol), el ácido acetilsalicílico, los antiinflama-

torios no esteroides, los inhibidores de la colinesterasa,

las nitrofurantoínas, la amiodarona y los medicamentos
inhalados (beclometasona, pentamidina e ipratropio).
En el reflujo gastroesofágico es preferentemente noc-

turna. Se facilita en el decúbito y mejora o desaparece

elevando la cabecera de la cama. La tos de origen cardíaco se observa en la insuficiencia

cardíaca (IC) y en la pericarditis. La IC se debe sospechar

en los pacientes añosos cuando aparece con el el esfuerzo

o durante la noche con el decúbito y puede interpretarse

como un equivalente de la disnea. Se produce como con-

secuencia del edema de la mucosa bronquial (tos seca)

o de la trasudación alveolar (edema agudo de pulmón).

En esta última situación se convierte en húmeda y pro-

ductiva, con eliminación de abundante espuma rosada o

asalmonada y, en otros casos, con estrías de sangre. En la

pericarditis es es seca y se exagera con el dolor.
Examen físico
El examen físico estará orientado por el interrogatorio

e incluirá no solo el aparato respiratorio, sino también el

examen físico general y el otorrinolaringológico.

Exámenes complementarios

Los exámenes complementarios serán solicitados según
la presunción diagnóstica resultante de la historia clínica.
Las radiografías de tórax y de los senos paranasales son
estudios básicos^ que^ deberán^ completarse^ con^ análisis^ de

laboratorio, examen funcional respiratorio, estudios en-

doscópicos (fibrolaringoscopia, fibrobroncoscopia, esofa-

gogastroduodenoscopia). Si la tos es productiva, puede ser

necesario el estudio citológico y bacteriológico del esputo.

Síntesis conceptual La tos es un síntoma que acompaña a numerosas afec- ciones que se detallan en el cuadro 39-1. Por tratarse

de un epifenómeno, su diagnóstico es el de la entidad

que la provoca. En la tos aguda, las infecciones del tracto
respiratorio superior^ son^ la^ causa^ más^ común.^ La^ inves-

tigación de la causa de la tos crónica se simplifica si la

anamnesis excluyó el tabaquismo y la ingesta de fárma-

cos como el enalapril y la radiografía de tórax es normal. En estos casos, un 90% de los pacientes con tos^ crónica

responden a tres causas prevalentes: goteo nasal poste-
rior, asma bronquial y reflujo gastroesofágico.

EXPECTORACIÓN

Definición

En las personas sanas las glándulas mucosas del tracto

respiratorio y las células caliciformes del epitelio bron-

quial producen 100 mL diarios de secreción seromucosa

separada en dos capas superpuestas: la profunda, el sol,

en la cual baten los cilios, y la superficial, el gel,^ sobre^ la

que se depositan las partículas aspiradas. En conjunto

constituyen el "ascensor mucociliar", responsable de la

depuración del árbol respiratorio. En el adulto normal,
los 100 mL de secreción se degluten diariamente sin ser

percibidos. En consecuencia, la eliminación de secrecio-

nes procedentes del aparato respiratorio es anormal y
este síntoma se denomina expectoración.

Clasificación

Se debe analizar el tipo y el color de la expectoración,

su volumen y el olor. A continuación, se describen los

tipos y los colores del esputo:
  • Seroso: se presenta como un líquido claro, amarillento o ligeramente rosado como consecuencia de la trasu- dación alveolar. La expectoración de grandes cantida-
des de esputo de tipo "clara de huevo" se ve en el 50%
de los carcinomas broncoalveolares.

Asalmonado: es la expectoración serosa levemente teñida con sangre "lavado de carne" característica del

edema agudo de pulmón.

Espumoso: es característico del edema alveolar inci- piente como ocurre en la insuficiencia cardíacа. Mucoso: es incoloro y transparente. Puede tener dis-

tinta consistencia: desde muy fluido hasta sumamente
viscoso y denso, de dif ícil eliminación. Es resultado de
la secreción exagerada de las células^ caliciformes^ y

de las glándulas mucosas. Se observa en los estados

irritativos crónicos de las vías aéreas (sinusitis, bron-
quitis, asma bronquial).
Mucopurulento o purulento: indica infección y se
caracteriza por ser fluido, opaco, de color amarillo o

verdoso. Está constituido por los elementos del pus

producidos por la acción peroxidasa de los neutrófilos

sobre la secreción traqueobronquial antes de ser ex-

pectorada.
"Perlado": se debe diferenciar del anterior por su si-

militud. Es característico de la crisis asmática durante

el período de resolución. Su aspecto seudopurulento

se debe a la presencia en su interior de los cristales de

Leyden, producto de la proteína básica mayor liberada

por los eosinófilos sin evidencia de infección.

"Numular": originado en las cavernas tuberculosas,

también puede observarse en las supuraciones pulmo-

nares, en las bronquiectasias y en los tumores pul-

monares infectados. Su forma característica es la de

un conglomerado circular (en forma de moneda) u

ovalado, que se aplasta sobre el fondo del recipiente,
netamente separado del resto de la masa líquida del
esputo.

Hemoptoico: moco mezclado con sangre. Se observa

en bronquitis agudas, bronquiectasias, cáncer de pul-

món y tromboembolismo de pulmón, entre las causas
prevalentes.

La expectoración con estrías de sangre, en un fu- mador, debe hacer sospechar la presencia de un

cáncer oculto de pulmón.

Motivos de consulta. Motivos de consulta del aparato respiratorio

  • Herrumbroso:^ expectoración^ purulenta^ teñida^ con sangre. Es típico de la neumonía.
  • Achocolatado: se observa en el absceso amebiano.
  • Con membranas: en la hidatidosis. Con granos micóticos: en la actinomicosis. Con cuerpos extraños: previamente aspirados o pro-

venientes de fístulas esofagobronquiales.

Con fragmentos de tejidos con restos necróticos: ca-

racterizan a los abscesos primarios y secundarios del
pulmón; son típicos de los carcinomas excavados.

El volumen de la expectoración puede ser escaso o

abundante. Cuando supera los 200 mL en 24 horas se

debe sospechar la presencia de bronquiectasias o de са-

vitación pulmonar. La eliminación de esta cantidad de

secreciones puede verse facilitada por la posición del

enfermo y constituye lo que en clínica se conoce como

drenaje postural, que se indica en el tratamiento de estas

condiciones.

La estratificación de la expectoración puede observar-

se cuando es muy abundante y se recoge en un vaso que evidencia tres estratos claramente diferenciables:

el inferior purulento

el intermedio mucoso

el superior seroso

Ocurre preferentemente en las bronquiectasias y los

abscesos pulmonares; en este último caso puede obser-

varse, en la parte inferior, una cuarta capa^ constituida

por^ detritos^ celulares. Se denomina vómica a la expulsión brusca y masiva de pus y sangre proveniente de la evacuación de cavida-

des o abscesos pulmonares. El quiste hidatídico puede

producir una vómica generalmente de un líquido claro,

cristalino, como agua de roca, en el que a veces se en-

cuentran fragmentos de su membrana germinativa y se

denomina hidatidoptisis. Cuando el quiste se ha compli-

cado, la vómica presenta características similares a las

de las supuraciones pulmonares. Las vómicas de origen

pleural, mediastínico o extratorácico, relativamente fre-

cuentes en otras épocas, originadas en empiemas pleu-

rales, mediastinitis supuradas o abscesos amebianos del

hígado, son excepcionales en la actualidad, ya que nin-

guno de estos procesos alcanza el período evolutivo de reblandecimiento necesario para producirlas.

Cualquiera que sea el material eliminado, debe ser so-

metido a un minucioso examen bacteriológico, micoló-
gico y citológico; es preciso respetar escrupulosamente
las técnicas de recolección del material en estudio.

El olor pútrido del material expectorado sugiere la

infección por anaerobios, frecuente en los abscesos pul-
monares y las neumonías aspirativas abscedadas. En es-
tos casos, las secreciones se separan de abajo arriba en

los estratos purulento, mucoso y seroso; es frecuente la

presencia de sangre (fig. 39-2).

НЕМОРТISIS

Definición

Se define hemoptisisa la expectoración de sangre que
proviene del árbol respiratorio. El esputo puede presen-

623

tarse con mezcla de secreciones (expectoración hemop- toica) o bien ser sangre pura. Aparece después de un golpe de tos con sensación de comezón en la faringe y

deja un sabor salobre en la cavidad bucal. El color es rojo

rutilante (sangre oxigenada) y puede tener burbujas por

su contenido aéreo. La reacción es alcalina.

Diagnóstico^ diferencial

En ocasiones, se torna dificultoso diferenciarla de la

hematemesis, que es la sangre proveniente del aparato

digestivo; casi siempre es producida por un vómito, el

color es rojo negruzco (se trata de sangre digerida) y la

reacción es ácida. Puede decirse que la hemoptisis es sangre que se tose, en tanto que la hematemesis es sangre que se vomita.

Otras veces el sangrado proviene de la rinofaringe:

La epistaxis produce sangre roja, sin tos y fácilmente visible a través de las narinas o por vía nasal posterior. En la gingivorragia se observa que la sangre roja, de

reacción alcalina, emana de encías enrojecidas,^ ede-

matosas y, en ocasiones, supuradas (gingivitis).

Frente a la duda, es necesario realizar el examen oto-
rrinolaringológico como primera conducta.

Clasificación La hemoptisis se clasifica en no masiva y masiva de

acuerdo con la magnitud del sangrado. No existe unifor-

midad de criterios para definir estas categorías. Algunos

autores la consideran masiva cuando oscila entre 100 y 600 mL/24 horas. Sin embargo, el criterio clínico es

el que define esta situación, ya que se vincula estrecha-

mente a la conducta por seguir.

Si la hemoptisis se acompaña de taquipnea, hi-
poxia y mala mecánica respiratoria, debe conside-

rarse masiva y es una emergencia médica que

Fig. 39-2. Un adicto a las drogas por vía intravenosa presentó fiebre, dolor en el hemitórax derecho, tos y una

vómica de líquido purulento y olor fétido 2 días antes de

efectuarse esta radiografía. Tiene un enorme absceso lo- calizado en el lóbulo medio derecho: las flechas muestran el nivel hidroaéreo liso y horizontal característico.

Motivos de consulta Motivos de consulta del aparato respiratorio^625

La tuberculosis siempre debe considerarse frente a la hemoptisis. El antecedente de una enfermedad

cavitada (fig. 39-4) sugiere la posibilidad de una

caverna antigua sangrante por la rotura de aneu-

rismas de Rasmussen de la arteria pulmonar o como conse-

cuencia de la colonización de una micosis oportunista

(Aspergillus fumigatus). En ciertos casos sangran bronquiecta-

sias secuelares y, más rara vez, el carcinoma de la cicatriz tu- berculosa (caso clínico 39-2).

La estenosis mitral, la embolia pulmonar y el edema

agudo de pulmón son causas cardíacas que pueden pro-

ducir hemoptisis y, en estos casos, la anamnesis correcta

permitirá la sospecha diagnóstica e indicará cómo con-

tinuar el estudio del paciente. En el paciente inmunosuprimido, por ejemplo en la

quimioterapia y el trasplante de médula ósea, la presen-

cia de hemoptisis es multifactorial y puede ser ocasio-

nada, entre otras, por toxicidad directa de los fármacos,

por trombocitopenia o por una infección oportunista

(micótica). Otras veces se produce hemorragia alveolar

difusa e insuficiencia respiratoria mortal, aun en ausen- cia de hemoptisis.

En otros casos puede ser la forma de presentación

de una vasculitis sistémica. La presencia de hemoptisis
con caída del hematocrito e infiltrados pulmonares es
la tríada clásica que caracteriza a la hemorragia alveo-
lar difusa. Su asociación con la glomerulonefritis rápi-

damente progresiva define al síndrome pulmón-riñón,

cuyos principales diagnósticos diferenciales son las vas-

culitis asociadas a ANCA, el síndrome de Goodpasture,

las crioglobulinemias (fig. 39-5), el LES y la microangio-

patía trombótica.

En un número no despreciable de pacientes, que pre-
sentan radiografía de tórax y fibrobroncoscopia nor-

males, la causa no puede detectarse y se la denomina

criptogénica o idiopática.^ El^ pronóstico^ es^ favorable^ y,

en la mayoría de^ los^ casos,^ se^ resuelve^ espontáneamente.

Examen físico

Se debe realizar un examen físico completo prestando

especial atención a la pérdida de peso y al deterioro del

CASO CLÍNICO 39-

Lilah, de 27 años, consulta por expectorar sangre roja desde

hace una semana. En el último mes presentó episodios febriles
diarios vespertinos y pérdida de peso no cuantificada. Convive

con su padre y su hermano, quienes están medicados con an- tibióticos por una "infección pulmonar". En el examen físico se

encuentra adelgazada, con FC 116 lat/min, TA 120/80 mm Hg.

FR 28/min y temperatura axilar 37,6°C. La auscultación pulmo- nar revela roncus y estertores crepitantes en el campo superior derecho.

¿Cómo se denomina^ la^ expectoración^ de^ sangre^ roja?^ ¿Cómo

la diferencia de la hematemesis?

¿Cuáles son las causas más probables del cuadro clínico?

¿Cómo continúa la evaluación diagnóstica?

Comentario

La expectoración de sangre que proviene del árbol respiratorio

se denomina hemoptisis. Se presenta después de un golpe de

tos, lo que la diferencia de la hematemesis, que es sangre pro- veniente del aparato digestivo, suele ser de una coloración más oscura y es producida por un vómito. Las causas más frecuentes

son la tuberculosis, el absceso pulmonar, las bronquiectasias

y ye el cáncer de pulmón. El antecedente de contactos cercanos en tratamiento por un cuadro pulmonar obliga a descartar la tuberculosis. Se solicitó un laboratorio sanguíneo que mostró neutrofilia leve y eritrosedimentación elevada, una radiografía de tórax que evidenció cavernas en los campos superior y me- dio del pulmón derecho y una baciloscopia directa del esputo que constató la presencia de bacilos ácido-alcohol resistentes.

estado^ general^ (tuberculosis^ y^ cáncer^ de^ pulmón),^ a^ la

presencia de fiebre (tuberculosis, absceso pulmonar) y

al examen cardiovascular (estenosis mitral, hipertensión

pulmonar).^ En^ la^ semiología^ respiratoria,^ la^ auscultación

de roncus o sibilancias focalizadas puede ayudar a la lo-

calización del sangrado. A menudo revela estertores en
el pulmón afectado, pero pueden también aparecer en el

pulmón contralateral; a veces, el paciente percibe cuál es

el pulmón que sangra.

3/43014MNCHM (^10235) 00.

ER

AUD ORA

Fig. 39-4. Cavidad con condensación pericavitaria en el vértice pulmonar izquierdo.

W1400/C- KV: 120 Slioe pos: -135.0 ST: 5.0mm

Position: HFS 2IMA 28 Zoom factor: х0.

Fig. 39-5. Hemorragia alveolar difusa por crioglobuli- nemia en una paciente de 55 años portadora de una hepatopatía por virus C en estadio cirrótico.

626 Parte IX. Aparato respiratorio

Exámenes complementarios

En el paciente con hemoptisis, los estudios de laborato-

rio básicos y directamente^ relacionados^ incluyen^ la^ valora-

ción del hemograma, de la función renal y de la coagulación

y la hemostasia. El primero permite valorar la magnitud del
sangrado y descartar la trombocitopenia como causa única

o sobreagregada. La función renal puede encontrarse alte-

rada por hipoperfusión y como partícipe de los síndromes
pulmón-riñón como ocurre en ciertas vasculitis. La exclu-

sión de los síndromes hemorragíparos es necesaria no solo por el papel patogénico en la hemoptisis, sino también para

indicar los estudios complementarios invasivos que pue-

den ser necesarios para el diagnóstico. La radiografía de tórax es una indicación obligada

en todo paciente que expectora, ya que la identifi-

cación de una imagen puede ser diagnóstica de por

sí u orientar hacia estudios de mayor complejidad.
Si se observa una imagen de aspecto tumoral, es ne-
cesario indicar la realización de una tomografía com-
putarizada (TC) que facilite la precisión de la lesión
y completar el estudio con fibrobroncoscopia para la

visión in situ del tumor y la toma biópsica para su estu- dio histopatológico. En los casos en que el tumor no sea

endoluminal, pero que haga compresión extrínseca de

la luz bronquial, se puede realizar una biopsia trans-

bronquial.

Si la alteración es compatible con bronquiectasias

(imagen areolar aplanada), la TC es el mejor método

para su detección.

Si se visualizan cavernas únicas o múltiples, la tu-
berculosis ocupa una instancia prioritaria. La caverna

activa, bacilífera, presenta un nivel líquido en su inte-

rior y tiene condensación pericavitaria y bronquio de

avenamiento. En las cavidades viejas con paredes finas

se puede sospechar la infección por Aspergillus por la

presencia en su interior de una imagen densa de aspecto

nodular, el llamado signo del cascabel, considerado típi-

co del aspergiloma.

Los abscesos de pulmón con bronquio de avenamien-

to pueden ser causa de hemoptisis, pero no reúnen las

características de la cavidad TBC y el interrogatorio es

muy orientador por el volumen de lo expectorado y por

la fetidez del aliento. Se debe completar el estudio con

endoscopia y lavado bronquial para la identificación

bacteriológica, fundamentalmente cuando el examen

directo sea negativo.

Una alternativa de diagnóstico clínico y con radiogra-

fía de tórax muy poco demostrativa es la bronquitis agu-

da o crónica. En estos casos la observación endoscópica

de la mucosa bronquial asegura esta posibilidad, a la par

que excluye otras.

A manera de síntesis, tanto la TC como la fibro-

broncoscopia se complementan y son necesarias para

la formulación de un diagnóstico adecuado. Estos dos

procedimientos pueden ser indistintamente elegidos o

complementarios en los pacientes con condiciones de

riesgo y radiografía de tórax normal:

sexo masculino mayores de 50 años (otros estudios incluyen mayores de 40 años)

tabaquista (más de 40 "paquetes-año")

duración de la hemoptisis mayor de una semana

Sin estas circunstancias, se estima que la posibilidad

de encontrar un tumor broncogénico es baja.

En el estudio de un paciente con hemoptisis debe te-

nerse en cuenta que ningún examen sustituye a otro o lo

evita, sobre todo cuando la radiografía de tórax es nor-

mal (fig. 39-6).
DISNEA
Definición
El vocablo disnea, de origen grecolatino, significa
mal-respirar y se define como la "sensación desagradable

y dificultosa de la respiración" como consecuencia de la

percepción de una función que, normalmente, no llega

al plano de la conciencia.

La disnea es un motivo frecuente de consulta que debe

ser adecuadamente interpretado para determinar su ori- gen (véanse también caps. 15 Disnea^ y^ 33-1^ Disnea).

Fisiopatología El sistema respiratorio tiene la función de extraer el oxígeno del aire atmosférico hacia los alvéolos, donde se

produce el intercambio gaseoso, y su difusión a la sangre

a través de la membrana alveolocapilar y del dióxido de carbono en sentido contrario. El funcionamiento nor-

mal depende de:
  • El centro respiratorio, que funciona de forma auto-
mática y rítmica, en virtud de la excitación:

nerviosa, a través del reflejo neumovagal de Hering y

Breuer química: indirecta a través de los quimiorreceptores

aórticos y carotídeos sensibles a la hipoxemia y a la

hipercapnia, y directa por hipercapnia y acidosis

mecánica, mediada por los presorreceptores de la au-
rícula derecha, de la vena cava (aumento de la presión

venosa), aórticos y carotídeos (disminución de la pre-

sión sanguínea)

La bomba respiratoria, en la que intervienen:

músculos respiratorios

nervios periféricos que transmiten las órdenes del

centro respiratorio^ a^ los^ músculos^ de^ la^ respiración pared torácica y espacio pleural que determinan la

presión intratorácica negativa
tubería bronquial
El intercambio gaseoso, que depende fundamental-

mente de la membrana alveolocapilar.

El sistema cardiovascular es el encargado de distri-

buir la sangre oxigenada, que llega a las cavidades iz-

quierdas, a los tejidos metabólicamente activos y luego

traer el dióxido de carbono de estos hacia el pulmón.

Para que esto ocurra correctamente y el paciente no

sienta disnea, el corazón se debe llenar y contraer sin

628 Parte IX Aparato respiratorio
Clasificación

En relación con la severidad de la disnea, se utiliza la clasificación funcional de la New York Heart Association

(cuadro 39-4).

Enfoque diagnóstico Frente a un paciente con disnea, el médico trata de diferenciar rápidamente si es de origen respiratorio o

cardiovascular. El interrogatorio y el examen físico per-

miten hacerlo en la mayoría de los casos.
Anamnesis

Los antecedentes recabados de enfermedad pulmonar

obstructiva crónica (EPOC), asma, neumopatías inters-
ticiales, o la presencia de factores de riesgo aterogénico

orientan el diagnóstico.

El lenguaje que utilizan los pacientes para describir la disnea muestra que este síntoma incluye una gran varie-

dad de sensaciones. Sin embargo, la evaluación cuidado-

sa de las palabras o términos utilizados puede ser valiosa para el diagnóstico de la enfermedad subyacente.

La forma de expresar la dificultad respiratoria en el
interrogatorio se relaciona con el mecanismo fisiopa-

tológico y este, con la entidad que la determina. Desde

1980 se han diseñado distintos cuestionarios que ayudan

al médico y al paciente a definir o describir la dificultad

de la respiración. Así, el paciente puede expresar:

Sofocación o ahogo: sugiere edema alveolar, por ejem-

plo, insuficiencia cardíaca izquierda aguda.
Falta de aire o respiración rápida y superficial: indica

disminución de la distensibilidad toracopulmonar, por

ejemplo, enfermedades respiratorias y cardíacas que

producen restricción.

Sensación de asfixia o urgencia por respirar: estimula-

ción del centro respiratorio por entidades que cursan

con hipoxemia.

Respiración difícil o esfuerzo para respirar: obstruc-

ción de la vía aérea y enfermedades neuromusculares,
por ejemplo, miastenia grave o síndrome de Guillain-

Barré.

Insuficiente penetración del aire en los pulmones, opre-

sión torácica, dificultad para entrar el aire: bronco-

constricción y edema intersticial por asma bronquial.

CUADRO 39-4. Clasificación de la disnea (New

York Heart Association)

Grado l El paciente presenta disnea cuando realiza grandes esfuerzos (correr, subir varios pisos de escalera, deportes, trabajos físicos intensos), que efectuaba sin molestias poco tiempo antes

Fatiga o respiración pesada: inadecuado aporte de oxí-

geno a los músculos que^ sugiere^ falta^ de^ entrenamiento

físico.

En relación con la severidad, es importante interro-

gar sobre la clase funcional de la disnea (véase cuadro 39-

4). La disnea de esfuerzo tiene una sensibilidad del 100%

para el diagnóstico de insuficiencia cardíaca, aunque su

especificidad es baja. La rapidez con que se desarrollan

los síntomas durante el esfuerzo también puede orien-

tar al diagnóstico. Aquella que se presenta precozmente

(50-100 pasos) corresponde a insuficiencia cardíaca. En

cambio, la que aparece durante una actividad física más

intensa es característica del asma inducida por el ejercicio.

Una vez conocida la clase funcional, el interrogatorio

debe precisar su forma de aparición o comienzo:

Disnea aguda: se desarrolla en minutos u horas y se

produce por un número limitado de causas (cuadro 39-5). Es típico que se acompañe de otros síntomas y signos que orientan al diagnóstico, como la presencia

de dolor precordial y de factores de riesgo aterogénico

en el síndrome coronario agudo. Sin embargo, otras

veces la disnea aparece sin otros síntomas ni signos

acompañantes como ocurre en el tromboembolismo

de pulmón (TEP). En estos casos cobran importancia

la sospecha clínica y la presencia de factores que de-

ben buscarse mediante la anamnesis.

Disnea crónica: se desarrolla en el transcurso de se-

manas o meses y en general aparece en pacientes con

historia de enfermedad cardiopulmonar. En un estu-

dio de 85 pacientes con disnea crónica, la impresión

diagnóstica basada solo en la historia clínica fue la

correcta en el 66% de los casos (caso clínico 39-3).

Esto demuestra la importancia de los métodos com-

plementarios para llegar al diagnóstico de certeza. En

la mayoría de los pacientes, la disnea crónica de etio-
logía no aclarada se^ debe^ a:

Asma. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Enfermedad del intersticio pulmonar. Insuficiencia cardíaca.

CUADRO 39-5. Forma de aparición de la disnea

Súbita, brusca, paroxistica

Grado II El paciente presenta disnea cuando realiza esfuerzos moderados cotidianos (caminar, correr un breve trecho, subir un piso de escalera) Grado IIШ El paciente presenta disnea cuando realiza esfuerzos ligeros (higienizarse, vestirse, hablar, comer)

Progresiva o de instalación

Grado IV El paciente presenta disnea en pleno reposo

físico y mental

en semanas o meses

  • Síndrome coronario agudo
  • Rotura de una cuerda tendinosa valvular
cardíaca por isquemia, espontánea o por

endocarditis infecciosa Insuficiencia cardíaca aguda: asma cardíaca y edema agudo de pulmón

  • Crisis de asma bronquial
  • Tromboembolismo de pulmón
  • Neumotórax
    • Insuficiencia cardíaca crónica evolutiva
  • EPOC -Enfermedades del intersticio pulmonar
    • Asma bronquial
Motivos de consulta. Motivos de consulta del aparato respiratorio^629

CASO CLÍNICO 39-

Simona, de 69 años, consulta por disnea progresiva hasta clase

funcional IV de un mes de evolución, precedida de dolor en la

región anterior del hemitórax derecho y tos seca. En el examen físico se constatan los siguientes signos vitales: TA 120/80 mm Hg

FC 78 lat/min, FR 22/min, afebril, saturación de la hemoglobina
92% con FiO, del 21%. En la auscultación pulmonar presenta el

murmullo vesicular abolido y matidez hasta el campo medio del hemitórax derecho, con columna mate. Se detecta un nódulo en el cuadrante superoexterno de la mama derecha. En la radio- grafía de tórax se observa el hemitórax derecho con opacidad homogénea hasta el campo medio y desplazamiento del me- diastino hacia la izquierda. ¿Cuál es el sindrome que presenta esta paciente?

¿Qué dato del examen fisico puede tener vinculación con su

etiologia?

Comentario

Desde el punto de vista semiológico, la paciente presenta un

síndrome de derrame pleural que está certificado por la radio-

grafía de tórax. La topografía del nódulo mamario sugiere un cáncer de mama en una mujer menopáusica. El derrame homo- lateral puede ser metastásico. Para la confirmación se requieren mamografía, ecografía y biop- sia de mama, además del estudio histopatológico del líquido pleural que, con frecuencia, es un exudado hemorrágico.

Se debe preguntar, además, acerca de la posición en que aparece o se exacerba la disnea, que puede definir

alguna de las siguientes situaciones de gran valor diag-

nóstico:

  • Ortopnea: se presenta cuando el enfermo se encuen- tra en decúbito dorsal y lo obliga a adoptar la posición de sentado. Caracteriza a la insuficiencia cardíaca iz-

quierda grave y al asma bronquial. En este último caso,

la posición de sentado mejora la acción de los múscu- los accesorios de la respiración (es preferencial y no

obligada).

  • Disnea paroxística nocturna: despierta al paciente

con sensación de ahogo y lo obliga a incorporarse en

busca de alivio. En la insuficiencia cardíaca se la atri- buye a la reabsorción de los edemas y al consiguiente aumento del retorno venoso al corazón. Si la disnea

paroxística nocturna se presenta inmediatamente des-

pués de acostarse, debe atribuirse a los cambios de la presión intratorácica que aumentan bruscamente el

retorno venoso al corazón derecho. En otros casos,

como en el asma bronquial, la causa es el broncoes-

pasmo (asma nocturna).

Trepopnea: cuando el paciente prefiere el decúbito

lateral derecho o izquierdo, se observa en el derrame

pleural de magnitud, el paciente se se acuesta sobre el

derrame para mejorar la mecánica respiratoria del he- mitórax no afectado.

Platipnea: la disnea que empeora cuando el paciente

está de pie y mejora cuando se acuesta. Se observa en

casos de shunts intracardíacos o intrapulmonares de

derecha a izquierda. Es característico del síndrome he-

patopulmonar y se acompaña de ortodesoxia (hipoxe-

mia arterial de pie que mejora acostado).

Examen físico

A los fenómenos subjetivos se agregan otros objetivos

o signos que el médico debe saber reconocer:

Alteraciones de la frecuencia respiratoria: taquipnea
(mayor de 24 respiraciones por minuto) y bradipnea (me-
nos de 12 ciclos por minuto).

Alteraciones de la profundidad: batipnea (aumento)

e hipopnea (disminución).

Alteraciones de las fases respiratorias:

Disnea inspiratoria por obstrucción laríngea o tra-

queal, a menudo con disfonía: puede acompañarse

de cornaje y estridor (inspiración y a veces veces espira

ción ruidosas) y de tiraje (depresión de las fosas

supraesternal y supraclaviculares y espacios inter-

costales y epigástrico) por el aumento de la presión

negativa intratorácica. Disnea espiratoria, característica en el asma bron-

quial, con la auscultación de roncus y sibilancias.

Modificaciones del patrón ventilatorio normal:

Restrictivo: taquipnea e hipopnea.
Obstructivo: bradipnea fundamentalmente espira-

toria.

Signos de insuficiencia cardíaca:

Falla anterógrada: piel húmeda, fría y pálida con

cianosis distal o sin ella.

Falla retrógrada: estertores crepitantes bibasales

en ascenso y sibilancias.

En la anemia intensa, la disnea es solo de esfuerzo y el paciente la refiere como cansancio fácil. En la

acidosis, el aumento de la concentración de hi-

drogeniones estimula los quimiorreceptores y pro- voca hiperventilación, respiración acidótica de Kussmaul

(Epónimos) y el paciente suele no referir disnea.

Exámenes complementarios

El laboratorio de rutina permite excluir la anemia.

La medición en la sangre del péptido natriurético auricular (ANP) y del péptido natriurético cere- bral (BNP), que aumentan en respuesta a un au- mento de las presiones de llenado ventricular, es

de un valor indudable en el diagnóstico diferencial de la dis-

nea aguda. En especial en los pacientes añosos, en quienes es frecuente el compromiso concurrente cardíaco y pulmonar,

que plantea un difícil problema diagnóstico.

El electrocardiograma, la radiografía de tórax, el eco-
Doppler color y el examen funcional respiratorio permi-
ten, en la mayoría de los casos, establecer el diagnóstico

del origen de la disnea.

DOLOR TORÁCICO

Definición

El dolor torácico puede deberse a múltiples causas;

sobre la base de la anamnesis, el examen físico, el elec-

trocardiograma y la radiografía de^ tórax,^ se^ procura

B

A stelor

D

Motivos de consulta. Motivos de consulta del aparato respiratorio^631

C

Fig. 39-7. A. Ptosis y anisocoria por miosis derecha secundaria a un síndrome de Horner. B y C. Radiografía de tórax de

frente y perfil. Hiperinsuflación pulmonar, diafragmas aplanados, aumento del tamaño del espacio claro precardíaco y una

opacidad homogénea ubicada en el vértice del pulmón derecho. D. Tomografía computarizada de tórax: tumor del vértice

pulmonar (flecha), sólida, periférica, con una amplia base de contacto pleural y sin osteólisis. Las imágenes corresponden a

un varón de 74 años con antecedentes detabaquista. El diagnóstico final fue síndrome de Pancoast-Tobías por un carcino-

ma epidermoide del sulcus pulmonar superior derecho (gentileza del doctor Marcelo J. Melero).

la cama y en situaciones de relajación muscular, acom- pañarse de parestesias e irradiarse a la mano en los

territorios correspondientes a C7 o D1. La prueba de

Adson se basa en objetivar la desaparición del pulso ra-

dial durante la abducción, extensión y rotación externa

del brazo (poniendo los brazos en cruz) mientras el pa-
632 Parte IX Aparato respiratorio

ciente gira la cabeza en sentido contralateral al brazo que se examina. En ese momento la presión de los es-

calenos puede comprimir la subclavia y hacer desapa-

recer el pulso radial. La prueba siempre debe hacerse

en ambos lados de forma comparativa (fig. 39-8).

El síndrome de Cyriax-Davies-Colley se caracteriza

por la exquisita sensibilidad en el extremo distal de las

costillas flotantes, en general con los movimientos o

los cambios de posición que originan la contracción
de los músculos blandos del abdomen en que en ellas se

insertan; el signo de la tecla (presión digital dolorosa sobre el extremo sensible de cada costilla) confirma el diagnóstico. El síndrome de compresión radicular se origina en le- siones vertebrales localizadas entre la cuarta vértebra

cervical y la duodécima dorsal generadas por espondi-

loartrosis, metástasis de tumores sólidos, mal de Pott,

mieloma múltiple y tumores intrarraquídeos de cual-

quier naturaleza. El dolor suele estar acompañado por

hipoestesia o hiperestesia cutánea en franja. El virus del herpes zóster puede provocar también do- lor radicular: la erupción eritematovesiculosa de dis- tribución metamérica aclara el diagnóstico.

Enfoque diagnóstico

En un paciente con dolor torácico, el objetivo prin- cipal es descartar en primer lugar aquellas patolo- gías potencialmente mortales (infarto agudo de miocardio, embolia de pulmón, disección aórtica y neumotórax a tensión).

Anamnesis

Es indispensable realizar una anamnesis completa ha-

ciendo hincapié en los siguientes puntos:

  • Presencia de factores de riesgo.
  • Características del dolor, especialmente sus modifica- ciones con la tos y la respiración:

Si se exacerba con la respiración se debe sospechar

afectación de la pleura (derrame, neumotórax).
Si aumenta con la tos, el estornudo y la defecación,

debe evaluarse la compresión radicular por espon-

dilitis y espondiloartrosis, discopatías, metástasis,

etc.

Otras veces, el dolor precede, incluso en varios días,

a la aparición de lesiones cutáneas eritematovesicu-

losas provocadas por el virus del herpes zóster.

Síntomas acompañantes: tos y disnea, entre los más
frecuentes. Frente a la asociación con tos se plantean,
como diagnósticos diferenciales: infección respirato-

ria, isquemia miocárdica con insuficiencia cardíaca,

neoplasia de pulmón, tromboembolismo pulmonar y

enfermedad por reflujo gastroesofágico.

La evaluación clínica inicial basada en estos datos de

la anamnesis permitirá estimar la probabilidad de que se
trate de una causa orgánica y su etiología más probable,

que dirigirán el examen físico y la solicitud de estudios

diagnósticos.

(^2 )

5 6

Fig. 39-8. Venografía a través de la vena radial izquierda con imágenes secuenciales del progreso de la sustancia de contraste, que muestran una marcada dilatación venosa en todo su trayecto (1 a 3) hasta la entrada entre la primera costilla y la clavícula (4) y, desde allí, la misma morfología de la derecha (5-6). Se trata de una mujer de 73 años que

consultó por tumefacción de la región supraclavicular izquierda, dolor y parestesias intermitentes en la región precor-
dial izquierda y la mano del mismo lado, de años de evolución. El eco-Doppler cervical mostró trombosis de las venas
yugular interna y axilar izquierdas y la tomografía computarizada de tórax descartó la presencia de lesiones tumorales

compresivas. La venografía fue compatible con un síndrome del opérculo torácico, y la cirugía, con resección de la primera costilla y liberación del paquete vasculonervioso, permitió recuperar el flujo venoso e hizo desaparecer el dolor y las pares- tesias.

(^634) Parte IX Aparato respiratorio

Examen físico

La inspección puede mostrar algunas características

que orientan al diagnóstico:

Las cianosis localizadas reconocen una causa peri- férica.

Las cianosis generalizadas pueden reconocer una

causa periférica o central.

La presencia de cianosis en las mucosas yugal y lin-

gual^ induce^ a^ considerar^ la^ causa^ central.
En el conducto arterioso persistente con hipertensión

pulmonar puede observarse una cianosis diferencial

de los miembros inferiores en relación con los miem- bros superiores de coloración normal.

La cianosis de una extremidad que disminuye con su

elevación o su calentamiento sugiere claramente un

mecanismo periférico de producción.

En el examen físico de la cianosis por mecanismo cen- tral es posible encontrar acropaquia o clubbing. Cuando se sospeche una cianosis central, el examen físico se orientará hacia el aparato respiratorio en busca

de alteraciones productoras de hipoxemia (bronquitis

crónica, neumonía, embolia pulmonar). Frente a una

cianosis periférica generalizada, el examen se centrará

en el aparato cardiovascular y buscará signos de shock,

insuficiencia cardíaca o taponamiento.

Exámenes complementarios

Los estudios complementarios se vinculan a la sospe-

cha diagnóstica y esta, al mecanismo de producción. En

la cianosis central los estudios para solicitar depende-

rán de si la causa es cardíaca o pulmonar. En la cianosis

periférica localizada el eco-Doppler es de gran utilidad

frente a la sospecha de obstrucción vascular.

Véase Bibliografía cap. 39 Motivos de consulta del aparato respiratorio.

Véanse Casos clínicos adicionales cap. 39 Motivos de consulta del aparato respiratorio.

Véase Autoevaluación cap. 39 Motivos de consulta del aparato respiratorio.

SECCIÓN 2

Anamnesis de los antecedentes

40

Antecedentes respiratorios

Fernando G. Lasala, Horacio A. Argente y Marcelo E. Álvarez

DATOS PERSONALES

La edad del paciente con una afección respiratoria es

muy importante, pues el diagnóstico diferencial recorre

caminos distintos a partir de este dato. Así, la consulta

por hemoptisis induce sospechas etiológicas muy di-

ferentes si ocurre en un paciente joven (tuberculosis,

estrechez mitral) o en un adulto (carcinoma broncogé-

nico). Del mismo modo, la evolución y las eventuales

complicaciones de enfermedades que aparecen en todos

los grupos etarios, como la neumonía, son diferentes

según se produzcan en jóvenes, adultos o ancianos. El

asma bronquial suele aparecer entre los 10 y los 30 años

de vida, aunque puede hacerlo antes o después de ese

período. El cáncer de pulmón tiene su mayor incidencia

entre los 50 y los 60 años.

El domicilio, el tipo de vivienda y los convivientes

pueden ser decisivos para la sospecha de enfermedades

favorecidas por la falta de higiene, la pobreza, la mala

alimentación y la promiscuidad (como es el caso de la

tuberculosis pulmonar). También la hidatidosis y las
micosis profundas, como la paracoccidioidomicosis,

la coccidioidomicosis y la histoplasmosis, se vinculan

estrechamente a la vivienda y su ubicación geográfica.
Los individuos que viven en alturas mayores de 3.
metros, por ejemplo, los habitantes del macizo andino

(Perú, el altiplano de Bolivia y el noroeste argentino),

pueden desarrollar una hipertensión arterial pulmonar

moderada, debida a la disminución del tenor de O, am-

biental (hipertensión pulmonar por anoxia). Frente a un

cuadro de neumonía atípica, nunca se dejará de pregun- tar sobre la presencia de aves en el hogar, por su conoci-

da asociación con la psitacosis.

La ocupación tiene valor para la sospecha clínica de

enfermedades como las alérgicas y las ocupacionales,

por ejemplo, la neumoconiosis en personas que trabajan

en ambientes cargados de polvo (sílice, asbesto, amian-

to, berilio, algodón, carbón).

ANTECEDENTES PERSONALES
Por su frecuencia y las complicaciones asociadas (en-

fermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pul-

món) es de fundamental importancia interrogar sobre

el antecedente de tabaquismo. Deberá averiguarse la

edad de comienzo del hábito y la cantidad de cigarrillos

por día o atados al año fumados por el paciente. Debe recordarse que el humo de la marihuana tiene 3 veces

más alquitrán que el del tabaco y un 50% más de carci-

nógenos. Además, los cigarrillos de marihuana se fuman
sin filtro y se aspiran profundamente.
Hay que interrogar con minuciosidad sobre las en-
fermedades anteriores, ya que situaciones patológicas
previas pueden estar estrechamente relacionadas con
el motivo de la consulta actual. Por ejemplo, en un pa-

ciente que refiere hemoptisis y tiene claros antecedentes

de bronquitis crónica, debe sospecharse la presencia de
bronquiectasias. Los pacientes postrados o sometidos a

intervenciones quirúrgicas recientes tienen predispo-

sición al tromboembolismo de pulmón, y las cirugías

abdominales favorecen el desarrollo de atelectasias pul-

monares.

Frente a un cuadro de asma bronquial de reciente co-

mienzo, el antecedente de otras manifestaciones alérgicas como rinitis, urticaria o eccema orientará sobre la etiolo-

gía de la enfermedad. En asmáticos conocidos, la anam-

nesis sobre la medicación utilizada para su tratamiento

habitual y las características de las crisis anteriores (fre-

cuencia, duración, necesidad de internación o intuba-

ción) permitirá una evaluación de la potencial gravedad

del cuadro actual. Ciertos cuadros infecciosos como la gripe, el saram-

pión y la coqueluche o tosferina pueden complicarse

con una neumonía. Descartadas otras enfermedades del aparato respira-

torio, el consumo de fármacos como el enalapril puede

ser la causa de una tos persistente.

SECCIÓN 3

Examen físico

Examen físico del aparato

respiratorio

Horacio A. Argente, Marcelo E. Álvarez y Fernando G. Lasala

INTRODUCCIÓN

Las afecciones respiratorias constituyen uno de los
motivos de consulta más frecuentes en la práctica coti-

diana, razón por la cual los médicos pasan más tiempo

revisando el aparato respiratorio que cualquier otro sis-

tema orgánico. Esto explica la necesidad de conocer en

detalle el examen físico de este aparato, así como sus
posibilidades y limitaciones.

Se hará a continuación una descripción detallada y

sistemática de todos los procedimientos semiológicos,

sin dejar de destacar que en la práctica los médicos los

seleccionan y jerarquizan según las presunciones diag-

nósticas que surgen del interrogatorio. Asimismo, los

hallazgos positivos en cualquiera de estos procedimien-
tos deberán evaluarse dentro del contexto clínico del
paciente.

De este modo, frente a un determinado motivo de

consulta y después de una anamnesis minuciosa, si-

guiendo la correcta metodología de los cuatro procedi-

mientos semiológicos (inspección, palpación, percusión

y auscultación), con frecuencia^ se^ podrá^ confirmar^ la

hipótesis diagnóstica. En otros casos (examen físico sin

hallazgos semiológicos), serán necesarios los estudios
complementarios^ para^ confirmar^ o^ descartar^ esa^ hipó-

tesis.

GENERALIDADES

Para efectuar un examen físico adecuado del apara- to respiratorio es necesario conocer, en primer lugar, la

topografía torácica, que se construye sobre la base de

líneas convencionales que delimitan regiones también

convencionales (fig. 41-1) y, en segundo lugar, la pro-

yección de los lóbulos pulmonares sobre la superficie
del tórax (fig. 41-2).
El reconocimiento adecuado de latopografíatoráci-

Ca permitirá comprender que, cuando se examinan las regiones anteriores, se están explorando funda- mentalmente los lóbulos superiores y, cuando se lo

hace con las posteriores, se exploran los inferiores; además, una

gran superficie del pulmón se proyecta sobre la región lateral que, por lo común, se olvida en el examen físico. Permitirá, ade- más, referir con precisión la ubicación de los hallazgos semioló-

gicos que constituyen diferentes síndromes clínicos y que

pueden afectar áreas localizadas (neumonía de la base dere- cha), todo un hemitórax (neumotórax) o ser bilaterales y difu- sos (enfisema pulmonar, enfermedad intersticial).

Se deberán reconocer además, por inspección y palpa-

ción, los reparos anatómicos. Estos son:

Clavículas. Esternón:

horquilla

ángulo esternal de Louis

apéndice xifoides

ángulo epigástrico

Mamilas: corresponden en el hombre al cuarto espa- cio intercostal

Escápulas:
espina: su extremo interno corresponde a la tercera

vértebra dorsal

ángulo inferior: corresponde a la séptima vértebra

dorsal

Apófisis espinosa prominente de la séptima vértebra cervical.

El conocimiento de la topografía torácica y de los re-

paros anatómicos, junto con la maniobra para contar

(^638) Parte IX. Aparato respiratorio

LINEAS^ REGIONES

Clavicular Esternal Medioclavicular o mamilar Tercera costal Medio esternal Paraesternal Axilar ante rior

Supraclavicular Infraclavicular Esternal Mamaria Hipocondrio Sexta costal Del reborde costal

A

LÍNEAS REGIONES

Axilar anterior Medioaxilar^ Axilar

Sexta costal

Axilar posterior Infraaxilar Del reborde costal

Escapuloes pinal Vertebral- Paraverte bral Infraescapular Medio escapular Axilar posterior

Duodécima dorsal

Supraescapular

Escapular

Interescapular

Infraescapular

B

C

Fig. 41-1. Líneas y regiones de la topografía torácica. A.^ Vista^ anterior.^ B.^ Vista^ posterior.^ C.^ Vista^ lateral.

Cisura horizontal

5 a costilla en la linea axilar media

LSD LSI^ LSI 4a cos tilla LMD

LSD Cisura oblicua Cisura oblicua L izquierda^ LID Cisura oblicua derecha

6 a costilla en la linea medioclavicular

Apófisis espinosa de D

Cisura oblicua^ derecha

5.a costilla en la linea axilar media

LSD

4.a costilla

6.ª costilla en la linea medioclavicular

LSI

Apófisis espinosa de D

Cisura oblicua izquierda

Fig. 41-2. Proyección de los lóbulos y cisuras pulmonares sobre la superficie del tórax. A. Vista anterior. B. Vista posterior.
C. Vista lateral. LSD: lóbulo superior derecho; LMD: lóbulo medio derecho; LID: lóbulo inferior derecho; LSI: lóbulo superior
izquierdo; LII: lóbulo inferior izquierdo.