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Busqueda y rescate, terremotos, acciones
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA)
El presente documento es el Volumen II – Preparación y Respuesta de las Guías de INSARAG, el cual comprende
los tres manuales que proporcionan orientación y señala los procedimientos sobre la metodología de búsqueda y
rescate urbano (USAR), y que incluye la explicación de los estándares y procedimientos mínimos para el
fortalecimiento de los equipos USAR, así como, su capacitación, preparación, clasificación y operaciones.
El Volumen II se basa en las capacidades requeridas de un equipo USAR, y está dirigido a la persona designada
como el Punto Focal Operativo del país miembro de INSARAG, como también, al punto focal del equipo USAR y al
punto focal de la gestión/administración del equipo USAR.
Los manuales son los siguientes:
Manual A: Fortalecimiento de capacidades Manual B: Operaciones Manual C: Clasificación y Reclasificación Externa de INSARAG
Generalidades del Manual A: Fortalecimiento de capacidades
El Manual A fue elaborado para asistir a aquéllos que recién han empezado a desarrollar recursos, es decir,
aquéllos que recién han establecido recursos, y aquéllos que brindan soporte a dichos recursos.
El presente manual constituye el proceso de desarrollo de un marco de gestión de desastre sólido y sostenible en
materia de desastres que incluye capacidades USAR. Los países tendrán la habilidad de usar efectivamente sus
propias capacidades y de integrar los activos internacionales dentro de la respuesta nacional. El fortalecimiento de
capacidades debería cubrir los cinco componentes de la capacidad USAR, las cuales son: Gestión, Búsqueda,
Rescate, Asistencia Médica y Logística. Se recomienda que los países que buscan el fortalecimiento de la
capacidad USAR deberían seguir el ciclo de desarrollo USAR.
En este sentido, este manual pretende diferenciar las acciones habituales adoptadas por los primeros
respondedores de respuesta organizados y la manera en qué ellos pueden ampliar su capacidad para desarrollar
rescate técnico. Asimismo, este documento aborda la formación de las capacidades USAR que pueden ser
designadas como capacidades nacionales.
Generalidades del Manual B: Operaciones
El Manual B está dirigido al Punto Focal Operativo nacional de INSARAG, a la Gestión/Administración de equipos
USAR y a la Secretaría de INSARAG, con el fin de orientar en la capacitación/entrenamiento, preparación y
coordinación de los equipos USAR para operaciones nacionales y/o internacionales. Dicho manual se basa en los
estándares mínimos y describe las capacidades requeridas para operaciones coordinadas.
Dicho manual también describe el ciclo de respuesta USAR internacional, los roles y las responsabilidades de los
actores clave en una operación USAR, tales como, Naciones Unidas, los países afectados, los países que brindan
asistencia a los países afectados y los equipos USAR internacionales. Asimismo, este manual describe los cinco
componentes de la capacidad USAR dentro del ciclo de respuesta USAR. Finalmente, este documento también
describe las estructuras y los métodos de coordinación USAR, incluyendo el sistema de marcaje y de señalización
del INSARAG y el enlace a las nuevas Guías del Centro de Coordinación de Operaciones en el sitio (OSOCC).
Generalidades del Manual C: Clasificación y Reclasificación Externa de INSARAG
La comunidad de INSARAG reconoce la importancia de proveer un soporte USAR profesional rápido en caso de
desastres que involucren víctimas atrapadas en estructuras colapsadas. Por lo tanto, en un esfuerzo por lograr este
objetivo, la comunidad de INSARAG ha desarrollado dos procesos de revisión voluntarios e independientes: la
Clasificación Externa de INSARAG (IEC, por sus siglas en inglés) y la Reclasificación Externa de INSARAG (IER,
por sus siglas en inglés).
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA)
La Resolución 57/150 de la Asamblea General de Naciones Unidas (16 diciembre 2002) indica que cada país tiene la primera y principal responsabilidad de cuidar a las víctimas de un desastre natural y de otras emergencias que ocurran en su territorio. Tiene el papel principal en la iniciación, organización, coordinación e implementación de la asistencia humanitaria dentro de su territorio. Por lo tanto, es esencial que los países desarrollen un marco de manejo de desastres sólido en base a una evaluación nacional de riesgos.
El fortalecimiento de capacidades, establecido en este manual, es el proceso que consiste en identificar y apoyar a los recursos USAR existentes o de desarrollar nuevas capacidades, a través de la creación de sistemas y procesos, reclutamiento de personal adecuado, adquisición de equipos, capacitación/entrenamiento de personal y su integración apropiada en el marco legal existente para el manejo de emergencias, con el objetivo de apoyar y mantener la capacidad.
Los principios de fortalecimiento de las capacidades USAR que apoyan a los objetivos de la Resolución 57/150 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de la Declaración de Hyogo de INSARAG del año 2010, incluyen lo siguiente:
Promover el fortalecimiento de capacidades a todos los niveles, que deberá ser diseñado (a medida) para cumplir con las necesidades de la comunidad anfitriona, las cuales deben ser determinadas mediante un análisis de riesgo/vulnerabilidad.
El fortalecimiento de capacidades deberá cubrir los cinco elementos de la capacidad USAR (búsqueda, rescate, asistencia médica, gestión y logística), y puede cubrir desde los actores comunitarios de primera respuesta hasta el desarrollo de capacidades de los equipos USAR pesados.
Se exhorta de manera urgente a los gobiernos a construir y desarrollar sistemas y mecanismos de respuesta USAR nacional dentro de su marco legal nacional y el proceso de planificación de la gestión de emergencia a la Autoridad Nacional de Gestión de Emergencias (LEMA) de sus siglas en inglés o la Autoridad Nacional de Manejo de Desastres (NDMA), en calidad de agencia gubernamental rectora (líder) de respuesta a desastres, debe conocer ampliamente la necesidad existente de recursos nacionales y el despliegue de estos (incluyendo USAR) en caso de desastres de cualquier tipo dentro de sus límites soberanos.
Se incluye, dentro del marco legal, la utilización del centro nacional de comando y control, a menudo referido como Centro de Operaciones de Emergencia (EOC) de sus siglas en inglés. El Centro de Operaciones de Emergencias funciona las 24 horas del día como la sede central de comando y control, responsable de la ejecución de los principios de preparación y respuesta en caso de emergencias, además de operar en un nivel estratégico, en caso de una situación de emergencia, asegurando la continuidad de las operaciones en el país afectado.
Un EOC es responsable de la visión estratégica o del “panorama completo” del desastre y, generalmente, no controla directamente los activos de campo, más bien se enfoca en las decisiones operativas y deja las que son tácticas a direcciones menores. Las funciones más comunes de toda EOC es recolectar, juntar y analizar datos, tomar decisiones que protejan la vida y propiedad, mantener la continuidad del país dentro del ámbito de las leyes aplicables, y difundir esas decisiones a todas las agencias y personas relacionadas. En la mayoría de los EOC, hay una persona a cargo de las instalaciones de este, el Administrador de Emergencias de LEMA.
Además, desde una nueva perspectiva de desarrollo de capacidades USAR, el Marco de Respuesta de INSARAG brinda una base para la secuencia de este proceso de desarrollo, que consiste en lo siguiente:
Desarrollar un marco de manejo nacional de emergencias sólido basado en una evaluación de riesgos. Desarrollar una infraestructura de gestión/administración, y considerar las opciones de respuesta alternativas. Las opciones de respuesta alternativa son: o Desarrollar redes comunitarias de actores de primera respuesta. o Desarrollar en estas redes elementos que se constituyan en equipos USAR de nivel liviano o nivel especializado. o Si se requiere, desarrollar capacidades USAR “medianas” o “pesadas” a partir de estos recursos. o Realizar una evaluación de su capacidad de respuesta. o Revisar las lecciones aprendidas de la evaluación, y continuar manteniendo y mejorando la capacidad.
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Para aquéllos que trabajan en búsqueda y rescate, sea a nivel nacional o internacional, existe la necesidad de llevar a cabo un proceso continuo de desarrollo y/o fortalecimiento de capacidades. En este sentido, este manual de fortalecimiento de capacidades fue creado para asistir aquéllos que recién empiezan a desarrollar recursos, para aquéllos que ya tienen recursos establecidos y para aquéllos que brindan soporte a cada recurso.
Este manual intentará diferenciar las acciones comúnmente tomadas por los equipos organizados de primera respuesta y cómo pueden expandir sus capacidades para desarrollar capacidades técnicas de rescate (Parte 1). La parte 2 se enfocará en la formación de capacidades USAR que pueden ser designadas como capacidades nacionales.
Un factor que dificulta este trabajo es el término “USAR” que generalmente es mal entendido o aplicado inapropiadamente. En la última década, USAR ha sido utilizado en muchas ocasiones para describir todo tipo de operación de rescate, sea accidentes de tránsito, excursionistas perdidos, incidentes relacionados con agua, así como, alpinistas atascados en salientes de piedra. Este manual define recursos para la respuesta, tales como:
Voluntarios comunitarios espontáneos: Prestan cualquier tipo de respuesta, involucra desde ciudadanos preocupados que brindan ayuda en accidentes de tránsito hasta personas que intentan ayudar después de ocurrido un evento de inicio repentino. Actores de primera respuesta (socorristas de emergencias): Reconocidos como una respuesta organizada generalmente provista por compañías de bomberos, personal médico de emergencia (EMS), unidades de defensa civil y policía, entre otros. Actores de respuesta especializados (socorristas especializados): Incluyen equipos técnicos de búsqueda y rescate locales y equipos USAR nacionales. Asistencia internacional: Definida como equipos USAR internacionales.
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La hoja de ruta que ilustra las etapas de desarrollo y los requisitos necesarios que abarcan desde un solo actor de respuesta hasta un equipo USAR de capacidad nacional se encuentra en el Anexo A.
La formación del Actor Comunitario de Primera Respuesta (socorrista comunitario), por lo general, constituye el primer paso de toda comunidad y organización para equiparse y capacitarse de sí mismo para hacer frente a una situación de emergencia que pueda ocurrir en el área. Esta capacitación se presenta en diversas formas, tamaños y capacidades, y es determinada principalmente según el (los) tipo(s) de riesgo(s) o peligro(s) que afronta la comunidad. La mayoría de actores de primera respuesta, si no son todos, tienen una capacitación basada en el voluntariado, aunque en algunas áreas/países, esta clase de servicios es otorgada por las compañías de bomberos (voluntarios y profesionales), la Defensa Civil y el Ejército.
Con mayor frecuencia, las organizaciones enviadas a hacer operaciones de rescate, afrontarán una situación de rescate única o compleja, la que requerirá habilidades y equipos especiales para resolver la situación de manera segura. Algunas organizaciones están preparadas para esos eventos, pero en muchos casos, las habilidades y el equipamiento necesario para estos eventos sobrepasan la capacidad de la organización que responde al evento. En este sentido, muchas organizaciones han formado o han considerado formar equipos de rescate técnico para responder a estas situaciones complejas.
La mayoría de los equipos recién formados empiezan por la capacitación de los miembros en una disciplina específica, tal como, rescate con sogas o rescate acuático. Una vez desarrollada esta capacidad, puede expandirse a otras áreas de rescate para que sea un equipo multidisciplinario que pueda manejar diversos tipos de rescates avanzados. Una organización también puede elegir establecer equipos diferentes con habilidades individuales.
Existen varias disciplinas de rescate. El presente manual incluye las siguientes:
Rescate en espacios confinados: Un espacio confinado es un área con acceso o salida limitado, que tiene una configuración interna no diseñada para la estancia humana, de tal modo que la persona que ingresa puede quedar atrapada o asfixiarse. Puede tener paredes convergentes hacia adentro o un suelo inclinado cuya sección transversal se va reduciendo.
Los rescates en dichos lugares son peligrosos, especialmente, si el interior de estos es tóxico o no cuenta con suficiente oxígeno.
Rescate en agua y hielo: Es el tipo de rescate realizado en lagos, pantanos, áreas inundadas, ríos de agua rápida o tranquila y el océano encajan en esta categoría. Hay muchas especialidades diferentes dentro del rescate acuático, incluyendo aguas blancas, tranquilas, submarinas, surfista, y en hielo. Cada uno de estos requiere capacitación especial.
Rescate en estructuras colapsadas: Este se relaciona con el colapso de edificios u otras estructuras urbanas afectadas por un evento de inicio repentino (terremotos). Muchos equipos de derrumbes se han creado en áreas de actividad sísmica. También pueden ser necesitados en ciudades con edificaciones antiguas o proyectos de construcción.
Rescate en zanjas: Este puede ocurrir en casi toda jurisdicción. Las zanjas son, comúnmente, encontradas en áreas de construcciones nuevas donde se entierran cables. El escenario más común en este tipo de rescate involucra a trabajadores atrapados cuando las paredes de la zanja colapsan.
Rescate con soga o cuerdas: Se refiere a rescates de ángulo alto o bajo que pueden ocurrir en riscos, despeñaderos, cuevas, áreas montañosas, edificios altos, torres de comunicaciones, de agua, o silos. Estas operaciones pueden requerir sistemas de cuerda y tracción compleja para asegurar al personal de rescate y rescatar víctimas.
Rescate industrial y agrario: La maquinaria industrial ocasiona varios retos a los rescatistas. Muchos rescates industriales involucran espacios confinados o extracción pesada para liberar víctimas atrapadas por maquinarias. También involucran a personas atrapadas dentro o debajo de máquinas agrarias o silos.
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Rescate vehicular: Se refiere a colisiones de autos (sin importar el tipo) que pueden resultar en que uno o más pasajeros terminen atrapados. La extracción de estos requiere conocimiento, capacitación y equipos especializados.
Rescate en caso de incidentes en trenes/tranvías: Se refiere a colisiones o descarrilamientos que pueden terminar con pasajeros atrapados. La extracción de estos requiere conocimiento, capacitación y material especializados.
Este capítulo describe los tipos de factores a ser evaluados cuando se considere formar o no un equipo de rescate técnico. Para el fin de este manual, “equipo” se referirá a un grupo de personas que están entrenadas/capacitadas y equipadas para hacer rescates técnicos en una o más áreas especializadas.
Se debe tomar en cuenta muchas consideraciones antes de formar un equipo de recate, incluyendo saber si realmente es o no necesario, si las autoridades locales lo apoyarán financieramente, si los actores de respuesta o socorristas tienen el compromiso de formar un equipo, y conocer qué riesgos están asociados con este y qué leyes afectan su formación.
Las siguientes preguntas deberían ser consideradas por las autoridades respectivas antes de crear un equipo de rescate técnico.
¿Se necesita un equipo en nuestra comunidad o localidad?
Esto se puede responder haciendo un análisis de los riesgos de la comunidad local. La decisión final para elegir desarrollar experticia en rescate técnico debería basarse en las necesidades de la comunidad local. La organización patrocinadora (tal como el gobierno o el donante) debe evaluar honesta y correctamente el nivel de riesgo en la comunidad y si éste es real. La organización patrocinadora debe hacer todo el esfuerzo posible para asegurar los recursos necesarios para realizar un rescate con seguridad y eficiencia. Si existe la necesidad, pero está siendo cubierta por un equipo de respuesta externo que puede actuar dentro de la jurisdicción, entonces la creación de un grupo adicional puede no ser necesario.
¿Qué clase de equipo se necesita en nuestra comunidad o localidad?
Otra consideración se centra en el tipo de equipo que puede necesitarse. ¿Debería el equipo tener solo una función o se necesita dominio/pericia en múltiples disciplinas? Una vez más, se puede obtener una mejor respuesta después de llevar a cabo una evaluación de riesgo.
¿Tenemos el compromiso de los miembros de la organización?
Los organizadores deberían considerar cuidadosamente la capacidad del personal de respuesta a emergencia existente para asumir nuevos retos. El nivel de compromiso necesario para iniciar un equipo de rescate técnico es extremadamente alto, ya que se requiere un liderazgo dedicado y la participación de todos los miembros. Muchas veces, solo se toma en cuenta a los miembros que están siendo capacitados/entrenados y se olvidan de evaluar el impacto de este entrenamiento en sus compañeros quienes asumen responsabilidades adicionales durante las ausencias por motivo de rescate técnico. Desde esta perspectiva, toda la organización debería compartir un compromiso total y un claro entendimiento del impacto de esta responsabilidad en la búsqueda de un rescate de responsabilidad técnica.
¿Cuánto costará formar un equipo? ¿Hay disponibilidad de financiamiento? ¿Es este sostenible?
Los organizadores deben evaluar completamente tanto costos iníciales como los continuos costos operativos para este tipo de proyecto. Los costos iniciales pueden ser muy altos, pero depende del equipamiento y recursos que ya poseen y del tipo de grupo que las autoridades de emergencia quieran iniciar. La mayoría de gastos iniciales se relaciona con la compra de equipamiento y capacitación. Los costos operativos pueden incluir entrenamiento continuo, mantenimiento de herramientas/equipos, y sueldos, en caso de que se utilicen colaboradores remunerados.
Los organizadores deben considerar si el financiamiento ya existe para un nuevo equipo de rescate y cuán probable es que los patrocinadores obtengan fondos. El financiamiento puede provenir internamente de la ciudad o externamente de las donaciones de organizaciones externas.
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¿Qué leyes, regulaciones y estándares afectan el desarrollo de un equipo?
Una de las áreas más complicadas y mal entendidas que afectan el rescate técnico son los mandatos legales y normas. Se ha escrito una multitud de mandatos y normas de estandarización que afectan a los diferentes tipos de rescate. Se requiere que los rescatistas acaten estas reglas por razones de seguridad.
Antes de iniciar un equipo, el líder de equipo debe considerar las leyes que regulen el rescate como afectarán al grupo y los costos del acatamiento y de su rechazo. El incumplimiento de regulaciones en un rescate puede resultar en multas u otras penalidades.
Además, el líder de grupo debe asegurarse que el recurso complementará el marco legal nacional en materia de desastres, y que el equipo esté considerado dentro de la planificación nacional de desastres.
¿Qué requisitos de capacitación/entrenamiento existen?
Se debe considerar el cumplimiento de determinados requisitos de capacitación/entrenamiento al planear la creación de un equipo de rescate. Los requisitos obligatorios varían de acuerdo con el país o incluso según la ubicación. La mayoría de reglas de capacitación/entrenamiento para rescate técnico es determinada por el país o la localidad que pueda necesitar que la organización patrocinadora siga un estándar particular de capacitación/entrenamiento.
La planificación, la formación y el desarrollo de un equipo de rescate técnico es un reto considerable. Aunque la formación de todos los aspectos administrativos y operativos del grupo es intensiva, el mantenimiento y entrenamiento posterior es incluso más desafiante. El requerimiento de una nueva capacitación y equipamiento, y especialmente, de un planeamiento cuidadoso puede tener un costo alto.
Este capítulo recomienda los pasos a seguir en la formación de un equipo de rescate técnico, que está organizado en cuatro fases:
Fase 1: Evaluación de riesgos comunitarios y de necesidad de rescate.
a. Hacer una evaluación de riesgos. b. Analizar los datos para proyectar la posibilidad de una emergencia que involucre un rescate técnico. c. Establecer un umbral de riesgo. d. Determinar qué tipo de equipos se necesita.
Fase 2: Planeamiento.
a. Establecer un comité de planeamiento para desarrollar un plan. b. Determinar las capacidades actuales. c. Preparar un concepto de operaciones. d. Determinar una estructura de gerencia/gestión de programa. e. Desarrollar un plan de dotación de personal. f. Identificar el equipo inicial y los requerimientos de vehículos. g. Identificar los requerimientos de capacitación. h. Considerar un plan para un entrenamiento continuo. i. Estimar los costos para la formación de un equipo y desarrollar un presupuesto. j. Obtener apoyo gerencial. k. Obtener apoyo político. l. Buscar alianzas.
Fase 3: Desarrollo del equipo.
a. Elegir los miembros del equipo. b. Capacitar al equipo. c. Adquirir equipamiento y uniformes. d. Comprar vehículos. e. Brindar apoyo administrativo.
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Fase 4: Desarrollo de procedimientos operativos estándar (SOPs)
a. Obtener o redactar SOPs administrativos y operativos para el equipo. b. Revisar y actualizar los SOPs con regularidad. c. Llevar a cabo evaluaciones de riesgos comunitarios y de necesidad de rescate. d. Realizar la planificación. e. Ejecutar el desarrollo del equipo. f. Realizar el desarrollo de los SOPs.
Dada la complejidad de formar un equipo de rescate técnico, cada paso debe ser considerado cuidadosamente para que no se ignoren problemas importantes.
4.1 Fase I: Evaluación de riesgos comunitarios y de necesidad de rescate.
Riesgos y necesidad de rescate.
Al determinarse si se necesita un equipo en la comunidad, en primer lugar, la organización patrocinadora debe investigar un poco para evaluar los riesgos en el área. Un análisis de riesgo ayudará a dicha organización a determinar cuál es el nivel de riesgo y qué peligros potenciales existen para tomar la decisión sobre si la formación de un equipo de rescate es necesaria. Esta es una parte particularmente importante al formar inicialmente un equipo por dos (2) razones. Primero, se tomará en cuenta que los líderes políticos desearán saber qué riesgos existen para justificar el financiamiento para la formación de un equipo de rescate.
Segundo, la organización patrocinadora deseará saber qué riesgos afrontará dicho equipo de rescate, para qué tipo de escenarios riesgosos habrá que capacitarse y qué equipamiento necesitará dicho equipo de rescate para afrontar dichos escenarios de riesgo. La realización de un análisis que cubra todos los riesgos debe definir el objetivo del equipo para su organización y justificar el esfuerzo de formar un equipo técnico.
La organización patrocinadora puede empezar por un análisis de los peores casos posibles para guiar al equipo hacia el desarrollo de una evaluación de riesgos realista. Comience haciendo las siguientes preguntas:
¿Cuál es el peligro natural y/o causado por el hombre de mayor magnitud que puede afrontar la comunidad? ¿Qué haría la organización si el peor caso ocurriera hoy? ¿Cómo reaccionaría la comunidad si la organización no estuviera lista para afrontarlo? ¿Cómo afectaría a la población y al medio ambiente la falta de capacidades locales?
1. Llevar a cabo una evaluación de riesgos.
Una evaluación de riesgos debe basarse en datos históricos de rescates conjuntamente con un análisis de riesgos recientemente creado. Empiece evaluando las necesidades de rescate previas en el área de emergencia asignada. La organización patrocinadora puede observar incidentes previos o planear una nueva construcción para determinar la frecuencia de rescates técnicos en el área. Otras fuentes de datos potenciales incluyen la oficina nacional de estadísticas, las asociaciones de constructores o contratistas, los funcionarios e inspectores de construcción, y gerentes de seguridad en negocios locales.
La experiencia previa puede indicar la posibilidad de incidentes de tipo de rescate técnico durante grandes proyectos de construcción. La organización patrocinadora también debe tomar en cuenta las amenazas que existen en el área de emergencias actualmente asignada o las que se puedan presentar en el futuro. Estos peligros son áreas de riesgo específicas que afronta el equipo en una operación de rescate.
La revisión de las características naturales de una localidad revelará los peligros. Algunas de las áreas donde pueden ocurrir incidentes son ríos, rápidos, riscos y sitios de escalada en roca. El análisis de los planes existentes de construcción puede resaltar ciertos tipos de instalaciones comerciales o industriales que pueden requerir los servicios de un equipo especializado. Contacte a la autoridad local de construcción para identificar construcciones nuevas o proyectadas que pudiesen constituir una amenaza.
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Cada comunidad tendrá que tomar su propia decisión sobre lo qué es un nivel aceptable de riesgo y cuál será el “umbral” que requerirá la formación de un equipo especial de rescate. La comunidad y las autoridades locales deben saber exactamente cuáles son las capacidades y limitaciones del equipo de rescate, qué riesgos enfrenta la comunidad y los peligros que los rescatistas encuentren mediante sus acciones. La comunidad no debe esperar que hagan determinado tipo de rescate sin el equipamiento y la capacitación respectiva.
En este punto, es importante diferenciar entre rescatistas entrenados y socorristas espontáneos o repentinos. El personal entrenado conoce los límites de su capacidad mientras que un socorrista espontáneo o repentino sin entrenamiento no lo sabe. El personal de emergencias de todo tipo siempre debe tener cuidado de no ubicarse en una posición donde pueden terminar siendo la próxima víctima. Sin embargo, la organización patrocinadora debe considerar que cuando no hay planeamiento o cuando se arruinan los rescates, es probable que haya protestas.
4.2 Fase II: Planificación
1. Establecer un comité de Planificación para desarrollar un plan.
El análisis de riesgo debe ayudar a la organización patrocinadora a determinar si se necesita o no un equipo. Si se demuestra que este se requiere, el siguiente paso es determinar qué clase de equipo se necesita. ¿Qué clase de riesgos está tratando de abordar la organización patrocinadora? ¿Realizará el equipo - solo rescates simples o se esperará que también lleven a cabo rescates complejos?
¿A qué clases de emergencias responderá este equipo? Defina el límite de las capacidades que la organización piensa que son necesarias:
Rescate vertical/ con soga. Rescate en zanjas. Colapso de estructuras. Espacios confinados. Rescate agrícola. Rescate vehicular. Rescate en transporte masivo. Rescate industrial. Rescate de atrapados en maquinarias. Rescate en aguas tranquilas o rápidas.
Si se necesita un equipo multidisciplinario para cubrir varios riesgos, como rescate acuático y espacios confinados, la organización patrocinadora puede desear empezar la formación de un equipo competente en una de estas disciplinas, ser perito en esta y, luego, expandirse a una segunda disciplina.
Se recomienda establecer primero habilidades en las áreas más importantes y, posteriormente, expandirse, mientras el equipo se construye sobre las habilidades iníciales desarrolladas en el área.
Elija un comité para desarrollar el plan de la organización patrocinadora y designe un presidente. Este grupo debe estar compuesto de planificadores competentes, así como, de personas que pueden convertirse en los líderes del equipo de rescate técnico durante sus fases de desarrollo y operación.
Al formar el comité, la organización patrocinadora puede desear poner en el equipo de planificación a determinadas personas que ya cuenten con experiencia en rescates o relacionadas a esta área.
Primero, defina las metas para el comité de desarrollo del equipo de rescate técnico, ¿cuál es el estatuto del comité?, ¿cuáles son los objetivos y parámetros a seguir cuando se necesite completar la Planificación?
Asegúrese que el comité comprenda las metas y que estas cuenten con un enfoque. Se debe brindar un plazo de tiempo determinado para completar un plan. Al menos, un miembro de la alta gerencia del equipo de rescate debe ser parte de la comisión para ayudar con la orientación y verificar que se continúe con la ruta trazada.
El plan debe abordar recursos y operaciones en las siguientes áreas:
Las especialidades cubiertas con el equipo y las necesidades de la jurisdicción ayudarán a la organización patrocinadora a formular la misión del equipo.
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La formulación de la declaración de misión del equipo es importante porque le brindará dirección y enfoque al nuevo equipo. Estructura organizacional : ¿Cuál es la jerarquía del equipo? ¿Cómo se interrelacionan los elementos administrativos y operativos? ¿Cuál es el proceso de la toma de decisiones? Personal y su contratación : ¿Quién será el líder del (los) equipo(s)? ¿Qué clase de habilidades serán necesarias para el grupo? ¿De cuántos miembros será? Equipamiento : ¿Qué materiales se necesitarán? ¿Qué equipamientos brindan las personas, qué es lo que brinda el equipo? Vehículos : ¿Qué clase(s) de vehículo(s) será(n) (el) los más útil(es) para el área de emergencia asignada y la misión de rescate? Capacitación/Entrenamiento : ¿Qué tipo de capacitación inicial será necesaria? y ¿cuál será el entrenamiento recurrente?
Una vez que la organización patrocinadora ha decidido la clase de equipo requerido, deberá desarrollar un plan de acción específico para la creación del mismo. Este plan deberá cubrir todos los aspectos del desarrollo del equipo, incluyendo personal, equipamiento y capacitación/entrenamiento.
Estructura de organización : ¿Quién liderará la organización, mantendrá registros, realizará el inventario del equipamiento y supervisará el programa?
Apoyo político : ¿La organización patrocinadora ya cuenta con el apoyo de los líderes políticos o tendrá que obtenerlo?
2. Determinar las capacidades actuales.
Identifique el equipamiento y capacitación/entrenamiento que la organización patrocinadora ya posee. Es probable que parte del material requerido ya esté disponible. Además, parte del equipo puede ya haber recibido capacitación de rescate. Mientras la organización patrocinadora pueda identificar las capacidades que ya posee, será más fácil y menos costoso iniciar un equipo.
3. Preparar un concepto de operaciones.
Desarrolle un concepto básico de operaciones y un conjunto de procedimientos operativos. El concepto ayudará a la organización patrocinadora a pensar detenidamente en cómo tiene que operar y qué recursos necesitará. También apoyará a la organización patrocinadora a demostrar a la gerencia del programa y al público lo que pasaría, es decir, las consecuencias potenciales que habría, si la comunidad no desarrolla dicho recurso, mostrando, a la vez, como se utilizará el equipo.
Se necesitan los lineamientos de procedimientos operativos en los inicios del proceso para demostrarle a la administración que la organización patrocinadora planeó detalladamente el programa y no dejó nada de lado. La organización patrocinadora puede completar los procedimientos en detalle mientras se acerca la hora de activar el equipo.
4. Determinar la estructura gerencial del programa.
Una organización que esté pensando en formar un equipo de rescate técnico debe identificar y designar personal que aborde los requerimientos fundamentales del programa. Dicho personal constituiría el equipo de gerencia del programa. Se debe designar a una persona sénior como la autoridad principal del programa, quien será el administrador central que coordina todas las responsabilidades del programa actualmente en curso (por ejemplo, coordinar reuniones, desarrollar propuestas, preparar correspondencia, fortalecer lazos, asignar tareas, monitorear logros, etc.).
La mayoría de equipos en desarrollo han encontrado que es necesario nombrar a un oficial de entrenamiento de rescate. Este cargo es responsable del conjunto de problemas ocurrentes en el desarrollo, en la conducción y en el seguimiento de los certificados de entrenamiento. Asimismo, la asignación de un oficial de equipamiento es extremadamente importante. Dichos cargos son responsables de temas relacionados a la búsqueda y a la adquisición de material, recepción de equipamiento nuevo, organización del almacén de material y de asegurarse que se realice mantenimiento y pruebas a todas las herramientas, suministros y equipos de manera recurrente (semanal, mensual, trimestral, etc.).
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7. Identificar requerimientos de capacitación/entrenamiento
La capacitación/entrenamiento para abordar cada capacidad individual de forma competente y segura es intenso. Mientras se asuma responsabilidades por un mayor número de equipos de rescate técnico, la tarea de hacer que el personal tenga el entrenamiento y las habilidades necesarias se hará más difícil.
En la etapa de Planificación, la organización patrocinadora deberá identificar qué capacitación/entrenamiento se necesitará, cuál está disponible y cómo se aplicará. Las necesidades serán determinadas por cualquier requerimiento de capacitación/entrenamiento local o estatal (esto es particularmente importante en los países que están regulados por su ministerio de salud y de seguridad ocupacional). ¿Cuándo se hará la capacitación/entrenamiento? ¿Quién lo hará? y ¿Cómo desarrollará el equipo su propio cuadro de instructores?
8. Considerar un plan que brinde un entrenamiento constante
El mantenimiento de habilidades es primordial para la competencia de los miembros del equipo de rescate. Es importante desarrollar un plan que establezca las normas mínimas de educación permanente para los miembros. Parte del entrenamiento recurrente puede hacerse de manera individual, pero todo el equipo debe reunirse para una sesión de entrenamiento grupal varias veces al año.
Corrobore con la autoridad nacional de capacitación para verificar si ya cuenta con los requisitos de educación permanente para los miembros del equipo de rescate. El costo de entrenamiento recurrente también debe tomarse en cuenta.
9. Estimar el costo del equipo y elaborar un presupuesto
Preparar el cálculo de costos para el equipo consume tiempo y requiere investigación, pero es un paso importante en el desarrollo del equipo de rescate técnico. Las autoridades locales requerirán un plan de presupuesto detallado antes de aceptar un equipo de rescate técnico.
El primer paso para planificar un presupuesto es hacer una lista de los principales tipos de rescate que la organización patrocinadora planea abarcar (por ejemplo: rescate acuático, en espacio cerrado, de zanja, etc.). Considere cada uno como un rubro independiente. Bajo cada área, haga una lista de la capacitación/entrenamiento, del equipamiento y de las herramientas que se necesitarán para iniciar el equipo técnico.
Es importante que en esta fase, se incluyan costos asociados con el diseño y desarrollo de las áreas apropiadas de entrenamiento. Estas áreas también deben establecer la capacitación requerida para las habilidades que están siendo desarrolladas. Una central de entrenamiento es aceptable, pero se debe considerar el tener acceso a las amenazas en la comunidad (plantas industriales, riscos, túneles, etc.) para asegurar que se cumpla un entrenamiento realista.
Haga una lista de todas las herramientas y capacitaciones que la organización patrocinadora desearía tener – no deje nada fuera. Se debe tomar en cuenta los costos de cada una de las siguientes áreas:
Horas de personal. Capacitación y educación permanente. Textos y materiales. Artículos consumibles (cuerdas, sierras, baterías, clavos, equipo de primeros auxilios). Equipo de protección personal (EPP) (protección ocular, visual y respiratoria). Equipo de monitoreo atmosférico/ambiental para espacios confinados. Equipo audiovisual. Áreas de capacitación/entrenamiento. Objetos para la capacitación/entrenamiento (madera, losas de concreto, etc.). Aulas de clase. Pólizas de Seguro. Gastos de viaje. Herramientas y equipo especializados para rescates. Vehículos. Ropa protectora (casco, guantes, botas, uniformes, etc.).
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Luego, siga las regulaciones y procedimientos para la compra del equipo. Esto requerirá una investigación exhaustiva. No se confíe de los precios de catálogos, la investigación de precios tiene que ver con hablar con los fabricantes o distribuidores para conocer las capacidades y limitaciones del producto para que la organización patrocinadora pueda comparar productos. La organización también puede tratar de conseguir precios especiales. Los costos deben ser redondeados en el presupuesto para que no queden como insuficientes.
Una vez que la organización patrocinadora haya completado su investigación de precios y productos, compare ambos para determinar cuáles son los mejores para la situación actual. Totalice el costo de capacitación/entrenamiento, equipo y herramientas para determinar el costo de arranque. Los artículos que no sean esenciales para iniciar un grupo pueden ser pospuestas y presupuestadas en el futuro, lo cual ayudará en reducir los gastos iníciales.
Sin embargo, la organización patrocinadora debe determinar, que objetos son esenciales al momento de iniciar un equipo técnico. El costo total de este equipamiento es el costo de puesta en marcha del equipo.
10. Obtener apoyo administrativo
Es probable que éste sea el paso más importante en el desarrollo de un equipo de rescate técnico. La organización patrocinadora debe publicitar el beneficio agregado que el programa le dará a la comunidad, a las empresas locales y a las autoridades gubernamentales. Todos tienen que reconocer los beneficios de este tipo de programa y apoyarlo.
¿Es este programa técnicamente posible? Aliste todos los materiales de apoyo y repáselos antes de mostrarle el plan al público. Es probable que la organización patrocinadora solo tenga una oportunidad para mostrar el valor del programa y pueda asumir qué parte de la audiencia no estará a favor de este. Cite a otras organizaciones en áreas colindantes, países o regiones vecinas que tengas equipos y resuma cómo estos les han sido benéficos.
El objetivo de la organización patrocinadora en este paso es conseguir el permiso para desarrollar el equipo de rescate técnico. Obtenga apoyo primero de la organización anfitriona, luego, presente el concepto del equipo a las autoridades locales. En varios casos, la gerencia solicitará tiempo para pensar sobre la idea. Trate de hacer una línea de tiempo realista para su aprobación.
Si la organización patrocinadora opera independientemente de cualquier observador jurisdiccional, puede minimizar este paso. Sin embargo, si no tiene idea de qué sienten sus miembros con respecto a un equipo de rescate, no asuma que lo aceptarán sin estar bien convencidos de ello.
11. Obtener apoyo político
Desarrolle un plan para obtener apoyo político, esto es necesario para asegurar un financiamiento anual sostenido del programa. La organización patrocinadora necesitará ayuda política para conseguir dinero si no tiene una fuente de financiamiento independiente. Recuerde que eventualmente la organización tendrá que acudir a estas autoridades elegidas para conseguir fondos para el proyecto.
Prepárese para responder preguntas sobre el equipo. La administración y autoridades electas preguntan más sobre lo siguiente:
¿Por qué necesitamos un equipo de rescate técnico? – ¿Ya no tenemos esas capacidades? ¿Cuánto costará esta propuesta? – ¿Necesitamos un grupo para rescates que no son tan frecuentes? ¿Cuán seguido se necesitará este equipo? – ¿No podemos recibir servicios de rescate de otras jurisdicciones? ¿Podemos dividir los costos de un equipo con otra jurisdicción?
Si la organización patrocinadora ya siguió los pasos anteriores, estará preparada para responder preguntas como se detallan. Prepárese para hacer comentarios concisos para justificar la solicitud de aprobación de un equipo.
A continuación, hay una lista de consejos que pueden ayudar a la organización patrocinador a ganar apoyo político.
Asegúrese de contar con el apoyo de la organización patrocinadora antes de buscar a las autoridades electas. Debata el concepto de equipo con las autoridades relevantes del caso.