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La Importancia de la Comunicación en la Familia: Formas y Beneficios, Apuntes de Comunicación

Este documento aborda el concepto de comunicación en el contexto familiar, su estructura compleja y las formas principales de comunicación. Se destaca su importancia en la generación o apaciguamiento de conflictos y el papel que desempeña en la transmisión de valores. Se mencionan los beneficios de una buena comunicación familiar y se presentan tres formas principales: pasiva, agresiva y asertiva.

Qué aprenderás

  • ¿Qué son los beneficios de una buena comunicación familiar?
  • ¿Qué son las formas principales de comunicación en la familia?
  • ¿Cómo se puede establecer una buena comunicación familiar?
  • ¿Qué es la comunicación familiar y por qué es importante?
  • ¿Cómo influye la comunicación familiar en la formación de niños y jóvenes?

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 12/10/2021

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yanina-marozzi 🇦🇷

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COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
Profesora: Lic. Daniela Arce
LA COMUNICACIÓN EN
LA FAMILIA
Barroso – Buralli – Claus – Motilka – Toloza
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¡Descarga La Importancia de la Comunicación en la Familia: Formas y Beneficios y más Apuntes en PDF de Comunicación solo en Docsity!

COMUNICACIÓN Y LENGUAJE

Profesora: Lic. Daniela Arce

LA COMUNICACIÓN EN

LA FAMILIA

Barroso – Buralli – Claus – Motilka – Toloza

LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

DEFINICIÓN Y VALOR DE LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

Definición Es de popular entendimiento que el término Comunicación permite varias definiciones y explicaciones, y que no sólo se ajusta a un simple acto de transmitir un mensaje por habla o escrito. En la comunicación inciden muchos factores como las competencias lingüísticas, psicológicas, factores geográficos, culturales, etc., más allá del medio y el lenguaje del mensaje, en cada uno de los mensajes que se intenten transmitir, estemos pendiente de ello o no. En palabras de Thompson (2008), la comunicación es el proceso mediante el cual el emisor y el receptor establecen una conexión en un momento y espacio determinados para transmitir, intercambiar o compartir ideas, información o significados que son comprensibles para ambos. Por otro lado, no podemos entender el concepto de Familia ¸ solo como un grupo de individuos que comparten sangre, apellido y/o vivienda, sino que debe ser entendida como una organización de un grupo de personas que tienen un profundo carácter afectivo en sus relaciones, que las diferencia de otros grupos y relaciones (Martínez, 2003; en Crespo Comesaña, 2011) Puesto que la comunicación es un fenómeno que se da naturalmente en toda organización, cualquiera sea su tipo o su tamaño (Fernández Collado, 2009), esta tiene su papel importante en dentro del núcleo familiar. La comunicación familiar es un proceso de interacción de varias personalidades, es un intercambio activo, constituye una transacción de ideas y sentimientos, y se conforma de elementos que permiten comprender su esencia. La comunicación familiar tiene una estructura compleja en donde figuran en todo momento no sólo mensajes interpersonales directos, sino un sistema de señales muy valiosas para que la persona que recibe el mensaje se percate de la categoría correcta a la que debe encuadrarse la secuencia de los mensajes transmitidos. Este sistema de señales

apertura a hablar y escuchar intencionalmente, debido a que ambas acciones van de la mano y no se separan (Miranda de Peñaranda, 2016)

FORMAS DE COMUNICACIÓN FAMILIAR

Una buena comunicación familiar permite a sus miembros sentirse más a gusto con ellos mismos y con los demás. A través de la comunicación se transmiten a los hijos las ideas, valores y creencias que son insustituibles para su evolución y maduración personal (Moreno, Londoño y Rendón, 2015). En este sentido, se tiene en cuenta que es imprescindible saber escuchar y respetar las opiniones de los demás, por muy distintas o extrañas que parezcan: cada miembro de la familia debe hacerse responsable de sus opiniones y emociones y permitir, así, una mejor comunicación y un ambiente de mayor comprensión (Yankovic, 2012). Cuando se presentan problemas en la comunicación familiar estos pueden terminar en la desintegración de esta unidad, así lo afirma Zuazo-Olaya (2013), al proponer que: “muchas veces la comunicación inadecuada es lo que ocasiona la desintegración de una familia” (p, 25), y luego sugiere que: La comunicación tanto de padres con hijos o hijas, como entre padre y madre es muy importante, pues, es mediante ella que nos enteramos de lo que sienten o están atravesando nuestros seres queridos para así poder ayudarlos y demostrarles que la familia es un soporte emocional para cada uno de sus integrantes (Zuazo-Olaya, 2013, p. 41) Desarrollar espacios de comunicación es importante ya que es en la familia donde se disponen espacios en los que se tocan temas íntimos y personales, esto incluye a los padres, ya que a ellos también les ocurren cosas que se deben resolver. Si los problemas y las situaciones se comentan entre todos, aumenta el apego y la confianza entre los miembros de la familia, permitiendo la búsqueda de mejores soluciones. Esto tiene un gran impacto en la formación del niño ya que este se siente partícipe del entorno doméstico. Comentar las emociones ayuda a generar empatía, esto es, a ponerse en el lugar de los demás, lo que tiene una gran importancia a la hora de desarrollar actitudes de respeto y comprensión. Así se contribuye a crear un clima positivo de comunicación y contacto con los hijos, y el grupo familiar se sentirá más integrado y satisfecho. No sólo se trata de contar problemas o cosas

negativas; es muy importante transmitir emociones positivas, logros personales y acontecimientos que a las personas las hacen sentirse valoradas y reconocidas (Álvarez, Becerra y Meneses, 2004). Sin embargo, en la actualidad se ha venido produciendo un distanciamiento emocional en la relación entre los miembros de la familia. Dra. Massiel, psicologa clinica, terapeuta familiar y de pareja, plantea que “en esta época se dialoga menos, se dedica menos tiempo a las relaciones familiares, los hijos están inmersos en una serie de actividades que les mantiene la agenda diaria ocupada. Cada miembro tiene un dispositivo electrónico al que se le dedica mucho tiempo, por lo que ya no hay espacios para la integración familiar” (citado por Sánchez, 2014, párr.5 y 6). Hay tres formas principales de comunicación: La forma pasiva, donde generalmente uno de los miembros no expone sus preocupaciones, habla en un tono de voz bajo, acepta sin entender lo que se pide. Esta forma pasiva lleva a una relación de desigualdad y desventaja ante el otro miembro de la familia. Genera sentimientos de baja autoestima y no promueve vínculos afectivos sanos. La forma o estilo de comunicación de tipo agresivo, que se compone por mensajes confusos, los cuales pueden incluir gritos y regaños, incluso insultos. De igual forma, este tipo de comunicación distancia emocionalmente a los miembros de la familia, ya que genera rechazo, miedo y resentimiento. Además, es una forma de violencia emocional, por lo que no se debe utilizar. Por último, se encuentra la forma asertiva, siendo la forma más recomendable, ya que implica respeto, diálogo y negociación. Permite fortalecer las relaciones familiares en un contexto de respeto y confianza y fomenta una autoestima sana en los niños.

BENEFICIOS DE UNA COMUNICACIÓN SALUDABLE Y ASERTIVA

EN LA FAMILIA

“La forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia, determina la calidad de nuestras vidas”. -Anthony Robbins-

  • Te respetas y te ganas el respeto de los demás.
  • Mejoras tus habilidades para tomar de decisiones.
  • Ganas en satisfacción personal.

DATOS ACTUALES

A esta altura podemos observar que la comunicación en la familia es fundamental ya que es a través de la misma que padres pueden formar a los hijos, los hijos trasmitir sus sentimientos y pensamientos, en la pareja poder entender cómo está el otro y así poder caminar juntos y entendiéndose. Aún así, en España, a través de una encuesta durante el 2020, el 62,5% de las familias cree que la comunicación ha empeorado entre padres e hijos, y esta realidad no ha traído buenos resultados. "Entre los más jóvenes el uso excesivo de videojuegos y 'smartphones' está haciendo que haya menos comunicación", explica Siso Michavila, sociólogo y presidente de GAD3. "En todos los problemas de la adolescencia la variable es la comunicación con los padres". En Argentina, una encuesta de UNICEF muestra que en el 20% de los hogares se identificó que hay más enojos y discusiones: un 50% entre adultos, 30% entre adultos e hijos e hijas y 19% entre los hijos e hijas. Los datos también indicaron que en 2,4% (+/- 0,7%) de los hogares (142 mil hogares) las mujeres reportaron sentirse agredidas o maltratadas verbalmente. Sumado a ello, la falta de vinculación y contacto cotidiano con docentes hace aún más difícil que niñas, niños y adolescentes puedan solicitar ayuda frente a estas situaciones, manifestar lo que sienten o bien que los casos puedan ser detectados y denunciados por quienes tienen contacto cotidiano con ellos y ellas. La encuesta se basa en 600 entrevistas a miembros de familias mayores de 18 años, de los que el 77% son padres. El resultado refleja la preocupación de las familias por los riesgos de internet. Además de un deterioro en las relaciones parentales, la falta de privacidad y el acoso en las redes sociales son los temas que generan más preocupación, en concreto, a más del 80% de los encuestados. La comunicación entre padres e hijos es una de las formas más eficaces en que la familia puede transmitir a los niños y jóvenes los valores para enfrentar situaciones de riesgo y

ponerlos a salvo de las malas influencias, según confirma un estudio científico realizado en cuarenta países europeos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó los resultados de una investigación basada en una amplia encuesta realizada en el 2012 con niños de 11 a 13 años y adolescentes de 15, que confirma los efectos concretos positivos de mantener una comunicación fluida con los hijos. Según el estudio, los menores tienen una mejor percepción de su cuerpo, una mejor consideración de su propia salud y menos quejas con respecto a cuestiones físicas o psicológicas cuando han tenido una buena relación con sus progenitores. Pero el impacto positivo va incluso más allá porque muestran igualmente comportamientos menos agresivos y menos probabilidad de consumir sustancias como alcohol o drogas. La OMS aborda de manera separada la cuestión de la relación con el padre y con la madre, así como el grupo de edad de los niños o adolescentes. En una encuesta realizada en España pudieron observar que a los once años, el 94 por ciento de niñas y el 93 por ciento de niños consideran fácil conversar con sus madres, porcentaje que se reduce al 86 por ciento para ambos sexos a los trece años, y al 81 por ciento para las adolescentes y al 79 por ciento para ellos a los 15 años. Del lado del padre, la comunicación es considerada en general menos íntima y más orientada a objetivos específicos o al desarrollo de ciertas habilidades. También la OMS realizó una investigación sobre las razones del por qué los adolescentes creen que no hay buena comunicación con sus padres y las causas mas repetidas fueron: “No me entienden”, “solo se enojan”, “no me toman en serio”, “para que no se metan en asuntos personales”, “son indiscretos”, “no preocuparlos”, “no decepcionarlos” y “no hay confianza”. Entendemos que no se trata de simplemente comunicar, sino de crear espacios para una comunicación que sea buena, sana y dándole importancia al contenido de la misma.

REFLEXIÓN FINAL

“La familia siempre será una obra en construcción”.

Decir sin haber oído al otro. La mayoría de los conflictos surgen porque nos apresuramos al interpretar y no oímos al otro, no tomamos el tiempo necesario para chequear la manera de cómo el otro se expresó o si nosotros escuchamos bien. Necesitamos aprender a escuchar con compasión y guardando silencio hasta que la otra persona termine de hablar. Permitir que comparta sus sentimientos, conflictos o inquietudes. Lo correcto sería generar los espacios para que las partes puedan expresarse.Usar las palabras incorrectas. Cuanto más importante es la conversación, la persona o situación que está en juego, más tiempo debemos invertir en preparar las palabras que vamos a decir. Escoja bien las palabras, no use expresiones ofensivas o insultos, ya que definitivamente, no se estaría atacando el problema sino a la persona. Existe el buen arte de escuchar y el buen arte de hablar, a la hora de hablar asegúrese que la otra persona percibe que usted está enfocado a resolver el problema y no a señalar sus defectos o errores. El enfoque debe estar puesto en la resolución de la situación y no en la persona. Lo correcto sería el uso inteligente de las palabras y no hacerlo de manera impulsiva o reactiva.Querer ganar las conversaciones. Hay gente que solamente habla para ganar una discusión. Lo importante para ellos no es relacionarse correctamente con los demás sino tener siempre la razón. Lo importante para ellos no es resolver un conflicto y estar en armonía, sino ganar. No olvidar que lo más importante no es ganar, porque si uno gana, ambos pierden. Siempre hay que resguardar y cuidar la relación. En segundo lugar, para cultivar relaciones sanas, debemos recordar que la relación familiar es sagrada, están todos en el mismo barco y la idea es que ganen todos y convivan saludablemente; más allá de las edades y de las funciones que cada uno cumpla allí. Ninguna familia es perfecta, pero está en cada integrante la responsabilidad y el desafío personal de sembrar la buena semilla en ese lugar, sabiendo que a su tiempo vamos a

cosechar si no nos alcanza el desánimo. Es cierto, que muchas veces sembramos en la familia y no necesariamente de allí cosechamos, pero como toda ley natural la cosecha siempre es segura, el lugar desde donde lo recibamos quizás nunca nos imaginamos, pero siempre cosechamos lo que sembramos. Quizás por ser la familia el lugar donde realmente manifestamos lo que somos, y expresamos lo que sentimos, y se nos conoce tal cual somos, puede ser un espacio justamente difícil de sobrellevar, pero más aún de eso y a pesar de todo ello, elige siempre la buena semilla para poder garantizar tu buena cosecha.